Amparo Fernández, camino a ser helicopterista de la Fuerza Aérea

Es una joven suarense de 25 años, hija de Mariel Heiland y de Juan Javier Fernández.

Cuando estaba a punto de egresar del nivel secundario del Colegio Nacional, en el año 2012, a sus manos llegó una publicación referida a la Fuerza Aérea. Siempre le había interesado la carrera militar, pero, en esos momentos, cuando parecía que su futuro se encaminaba hacia una carrera en la UBA, fue providencial que llegara a sus manos esa publicación, que la llevó a investigar y decidirse por la carrera militar.

El desafío no fue sencillo. Subir ese primer escalón implicó un enorme esfuerzo de estudio, para poder rendir el examen a fines de enero. Muy exigente, con el desafío de quedar entre los 120 que ese año podían ingresar. Quedó, aprobó.

Hoy cuenta con el grado de Teniente, y en una base del Ejército, en Campo de Mayo, se está preparando para ser helicopterista, formación que luego continuará en la base de la Fuerza Aérea, en Córdoba, donde llevó adelante buena parte de su carrera.

Hace unos días atrás, en el diario digital Infobae, les hicieron una entrevista a las tres mujeres que este año se están formando para pilotear helicópteros. Dos pertenecen al Ejército, y la tercera a la Fuerza Aérea. Esta es Amparo Fernández, a quien le realizamos una entrevista desde La Nueva Radio Suárez.

“Siempre me había interesado la vida militar. Veía, leía, pero la verdad es que tampoco conocía mucho. Hoy en día se hace mucha más publicidad, llega más a los medios. Pero yo no recuerdo, de cuando éramos chicos, saber nada de la vida militar. Empecé a buscar, a ver qué encontraba, por internet. Me gustaba la aviación, la verdad que sí, pero nunca me había decidido. Nunca había tomado la decisión, pero me parece que por desconocimiento”.

Cuenta que, para entrar a la Fuerza Aérea, “primero están los exámenes que son teóricos, de las mejores notas de esos exámenes se pasa a un período de adaptación a la vida militar. Posterior a eso, los mejores 120 promedios, ingresan como cadetes de 1er año. Entré en ese grupo, la realidad es que bastante justo, porque entré 100, creo. Ahí cumplí mi primer paso, que era entrar. La formación inicial son 4 años, como Oficial de la Fuerza Aérea. Cuando uno egresa de esos 4 años elige una especialidad para seguir, también por orden de egreso. Logré entrar al escalafón aire, que era lo que quería. La ansiedad, en esos últimos meses, por ver si llegaba o no, era bastante”.

De su promoción, al curso de aviador militar, cuenta, ingresaron 30 de los 69 egresados. La formación en este curso se inició a mitad del 2017, y concluyó el año pasado, 2019.

“Es complicado, los 30 no lo terminaron, lo terminamos 15. Tiene mucha preparación, tanto académica como de vuelo. Es todos los días dar lo mejor, para poder terminarlo. Son muchas horas, tanto de vuelo como de preparación académica. Es difícil, pero es muy lindo. Ahora, mirando hacia atrás, uno dice ‘qué lindas cosas que hice’”.

Consultada si la carrera elegida es un mundo dominado por hombres, aun cuando se avanza firmemente hacia nuevos tiempos de la humanidad, nuevos conceptos, con toda sencillez y lógica cuenta la Tte. Amparo Fernández que “de nuestra promoción, que somos 69, egresamos 8 mujeres. Es un número importante, comparado, por ejemplo, cuando yo estaba en primer año, en el 2013, en esa promoción egresaron 2 mujeres. Va cambiando, la realidad es que para cuando yo estaba en tercer año egresaron 8, nosotras egresamos 8, luego el mismo número también. Está cambiando el número de mujeres que egresan de esta carrera. La realidad es que quizá haya muchas mujeres a las que les interesa, pero es difícil por ahí tomar la decisión. Porque se cambia mucho el estilo de vida”.

Dice que “no es un mundo de hombres, es un mundo militar. Es distinto el día a día que en cualquier otro trabajo. En este caso hay más cantidad de hombres que de mujeres. Pero también es por un tema de interés, porque no a todas las mujeres les interesa la vida militar, como no a todos los hombres les interesa. Es un estilo de vida. Al que le gusta lo logra, no importa el género”.

Consultada por las naves que ha volado hasta el momento, cuenta que “durante el curso de aviador militar volamos tres aeronaves distintas. La primera etapa la realizamos en Tecnam P 2002 JF, para la etapa de adaptación al vuelo. Después, una etapa más avanzada, se hace en Grob G 120 TP, que es un avión alemán. Todos son biplaza, va el instructor con el alumno. Y por último volamos un Texan TC 62, que fue una experiencia increíble, fue una de las últimas aeronaves que ingresaron a la Fuerza Aérea. Tiene mucha tecnología, muchas capacidades. Hicimos acrobacia, formación. Todo muy interesante, que se puede hacer con este muy buen avión”.

Al finalizar el curso, cuenta, “por orden de egreso, uno elige qué quiere seguir, qué especialidad. Yo decidí seguir con helicóptero. Ese fue mi objetivo principal, siempre. Quería ser helicopterista”.

Así la destinaron a la 7ma Brigada Aérea, y el curso lo está realizando con el Ejército, en Campo de Mayo.

Su primer vuelo sola fue en el 2017, en Tecnam. “Es una alegría increíble volar solo. Se disfruta muchísimo. Porque es, además, una superación, una etapa cumplida, reconocer que se está en capacidad de hacerlo”.

Con mucho entusiasmo relata que eligió capacitarse en el manejo de helicópteros, porque le gusta mucho la labor que desarrolla el helicopterista en la Fuerza Aérea. “Tiene muy buenas misiones que cumplir. Y la realidad es que me gusta mucho cómo se maneja. Desde cadetes, cada vez que uno va a hacer ejercicios de supervivencia, siempre había helicópteros apoyándonos. Los veía de cerca, y me encantaban. Tuvimos muchos instructores que son helicopteristas, nos explicaban cuáles eran las tareas que realizaban y me encantó, siempre me llamó muchísimo la atención todo eso”.

Cuenta que, entre las misiones, hoy en día, “están trabajando con las Naciones Unidas en misiones de paz. A la vez, hay escuadrones desplegados en la Antártida. Tiene mucha tarea de apoyo en actividades de la fuerza y en cada uno de los ejercicios que se llevan a cabo. También hay mucho ejercicio de búsqueda y rescate, de salvamento. Es muy versátil y se puede adaptar a todas las actividades que realiza la fuerza”.

En el mes de diciembre, la Tte. Amparo Fernández finaliza el curso de helicopterista en Ejército. Y el año que viene vuelve a la 7ma Brigada Aérea, para continuar dentro de la Fuerza Aérea.

En el cierre, indica que las fuerzas armadas “son parte de nuestro país, es súper importante la tarea que realizan. A mí me encanta hablar de estos temas con mis allegados, amigos. No había mucho conocimiento, no se llega a conocer la dimensión que tiene. Y me encanta poder ser parte. Pertenecer a la Fuerza Aérea, me encanta”.