Caminando a tientas |En la actualidad todo es marketing. Nuestra dirigencia cree que la envoltura de los anuncios es suficiente para tapar, en no pocas ocasiones, la improvisación con la que se plantean todas las cuestiones.
La semana deja dos hechos que sirven para reflexionar sobre estos teimpos que estamos viviendo.
Por un lado el anuncio de la apertura de juzgados de faltas en los barrios, lo que es una buena noticia, con el aditamento de la creación de jurados de vecinos para resolver diferendos.
Y por el otro la sonada alianza entre Vilma Baragiola y Carlos Arroyo para competir en las PASO del PRO bajo el paraguas de Mauricio Macri.
Y aunque aparezcan disociadas la una de la otra, ambas tienen en común el matiz de frivolidad modernista que hao se ha convertido en el motor de todas las cosas, en el convencimiento de que el “aquí y ahora” es suficiente para lograr objetivos e impactar en la sociedad.
Pero reflexionémoslo juntos…
Una idea que nace sin el análisis suficiente.
La idea de instalar juzgados de faltas en los barrios es decididamente buena. La de resolver cuestiones por medio de jurados de vecinos no es tan clara y puede crear un problema.
Todo lo que sea acercar las soluciones a la gente es bienvenido; sobre todo en un país atestado de burocracia y en el que el ciudadano suele quejarse de la morosidad y lentitud del estado a la hora de resolverle los problemas.
El municipio ha tomado la decisión de instalar juzgados de faltas en los barrios de la ciudad y sin lugar a dudas ello representará un alivio para los marplatenses que ahora, con un crecimiento desmesurado de las infracciones que debe resolver en esa instancia, se ve sometido a largas colas y a incomodidaes que muchas veces le insumen toda una jornada de trabajo.
Aunque justo es decir que durante la actual administración mucho se ha hecho en la materia, tanto en lo edilicio como en lo funcional.
Pero el proyecto en marcha incluye la creación de jurados de vecinos para dirimir muchas de las cuestiones que incumben a estos tribunales y ello nos exige una reflexión y un llamado a la prudencia.
No está comprobado que en cuestiones menores, que muchas veces suponen diferendos entre vecinos, la participación directa de los mismos asegure soluciones justas. No es lo mismo testificar, participar de una mediación o consensuar un acuerdo que resolver por el voto de un jurado quien tiene razón.
Hay una situación subjetiva, que tiene que ver con antipatías personales, tan propias de las relaciones entre vecinos, o “intereses espejo” en el tema sobre el que un jurado de este tipo deba resolver.
Y hay una situación objetiva que nos remite al elevado número de causas contravencionales que, apeladas ante la justicia ordinaria, son declaradas nulas de nulidad absoluta no tan sólo por cuestiones de forma –la desprolijidad administrativa de los juzgados de faltas es un clásico– sino también de fondo.
Agregar a vecinos legos en las causas -y con poder de decisión- puede esconder tras la buena intención la creación solapada de “tribunales populares” en los que la objetividad termine brillando por su ausencia.
Y ello nos parece innecesario cuando todavía quedaría tanto por hacer para mejorar, asegurar y acelerar el sistema tradicional.
Tal vez sería bueno reflexionar un poco más hondamente la cuestión.
Una alianza que aún no está clara
El anuncio de Carlos Arroyo de que competirá en las PASO del PRO contra Vilma Baragiola plantea una pregunta inevitable: ¿qué representa el partido que lidera Mauricio Macri?.
Si todo el objetivo es desplazar al kirchnerismo del poder -acá en Mar del Plata en la figura del intendente Gustavo Pulti- la respuesta es sencilla. Se trataría de un conglomerado pretendidamente cuantitativo de figura que arrastran votos y que sumados podrían lograr el objetivo. Y por supuesto ampliarían éste al lograr sumar para el jefe de gobierno de la CABA una cantidad nada despreciable de apoyo.
Pero ocurre que además de ganar, hay que gobernar.
¿Es Arroyo representante del mismo proyecto que Baragiola?, ¿representan visiones similares de la administración y gobierno que la ciudad necesita?. Por cierto que no, y creemos que extendernos en esas diferencias sería ocioso.
Además, ¿radicales y arroyistas son cabales representantes del pensamiento de Macri y su concepción de la acción de estado?. Menos aún, y ello es tan evidente como lo anterior.
Si estas dudas fuesen pocas queda aún otra por resolver: ¿votarán los seguidores de Arroyo a Baragiola en octubre si esta ganase las PASO?, ¿lo harán los de Viulma si el triunfador fuese Zorro 1?. Y la respuesta es un NO tan rotundo que hace menos inentendible lo que está ocurriendo.
Salvo, claro está, que la intención de Mauricio sea tan sólo llevar agua para su molino sin que le importe un ápice que es lo que después ocurra con Mar del Plata.
Si es así, la jugada es un éxito...pero nosotros estamos en problemas.