Durante dos años, el acelerador de partículas que permitió descubrir el bosón de Higgs, será sometido a una serie de investigaciones que apuntan a duplicar su potencia.
El Colisionador de Hadrones (LHC), un acelerador de partículas elementales subterráneo situado en la frontera entre Francia y Suiza, permitió el descubrimiento del bolsón de Higgs. Desde ayer, y por dos años, estará apagado
La “máquina de Dios”, como se lo conoce, será sometida a un proceso de modernización para incrementar su potencia de 8 a 14 teraelectronvoltios. Según la Organización Europea de Investigación Nuclear (CERN), “aunque no habrá colisiones durante un período de casi dos años, todo el CERN será un hervidero de actividad, con la gran labor en curso de modernizar la infraestructura y preparar el LHC para funcionar a una energía más alta”.
“Durante el gran apagón se realizará toda una serie de trabajos de renovación”, anunció Simon Baird, director adjunto del Departamento de Ingeniería de la Organización. Unas 500 interconexiones serán reparadas simultáneamente y se mejorará la protección de los equipos ante la radiación. También se harán obras de remodelación de los sincrotrones de protones, y el sistema de ventilación de los túneles será completamente sustituido.
El LHC detectó señales claras de una partícula elemental con características muy similares a las que describen el bolsón de Higgs, el último elemento que faltaba en el modelo estándar de la Física de Partículas. En 2015, el acelerador será activado nuevamente y gracias al aumento de energía que tendrá, los científicos esperan observar otro tipo de fenómenos que ayuden a comprender los orígenes del Universo.