Eloy Gómez Raverta es un vecino de La Plata que forma parte de un grupo que está intentando visibilizar el flagelo de los robos violentos de bicicletas que están viviendo en la capital provincial. En la 99.9, señaló que “los asaltos a mano armada eran muy comunes, pero se ha elevado un escalón el nivel de agresividad y violencia en los robos”. Piden que la justicia investigue adonde va lo robado.
El robo de bicicletas de forma sistemática y cada vez con mayor violencia, es una preocupación para los vecinos de La Plata. En nuestra ciudad, si bien el tema no se ha explicitado públicamente, se conocen muchos casos de personas que sufren agresiones con el objetivo de sustraerles el rodado.
Los vecinos platenses decidieron movilizarse y visibilizar el tema. Uno de ellos es Eloy Gómez Raverta que habló en la 99.9 sobre lo que está sucediendo en la capital provincial: “hace 15 días hubo un episodio que colmó el vaso. Sin ningún tipo de advertencia, le tiraron a un muchacho que venía andando en bicicleta con la intención de robarle y le pegaron en una pierna. Le siguieron tirando pero no salieron los tiros. La semana anterior hubo un episodio similar de un estudiante que iba a la Universidad. A un Ingeniero le pegaron un fierro en la cabeza con el mismo objetivo”, relató.
Todos estos hechos encendieron una nueva luz de alarma en quienes habitualmente salen a hacer ejercicio de esta forma: “los asaltos a mano armada eran muy comunes, pero se ha elevado un escalón el nivel de agresividad y violencia en los robos”, diferenció luego.
Más allá de pedir que se trate de controlar este accionar de mejor forma, los vecinos pretenden que se empiece a investigar la línea que siguen las bicicletas robadas porque entienden que en la venta ilegal está el negocio que alimenta el incremento de robos: “si no hay compradores tampoco hay un mercado que te lo permita. Hay un mercado negro de compra y venta de bicicletas y partes y usadas que está subterráneo y es a lo que nosotros apuntamos. Si se destierra el mercado, el robo de bicicletas desaparecería. Buscamos que la policía de la provincia investigue esto y tengamos un poco más de tranquilidad cada vez que salimos a pedalear”, aclaró Gómez Raverta.
No sólo esperan una respuesta judicial, sino que ellos mismos están tratando de seguir la ruta de lo robado encontrándose con diferentes realidades, pero claro, todas igual de preocupantes: “hay chicos que están analizando donde termina lo robado. Hay canales de internet donde circulan elementos robados, también conocemos lugares físicos donde se venden las bicicletas, ni siquiera las partes. Hay amigos que han tenido que ir a comprar su bicicleta en ese lugar porque recibieron el dato de que estaba ahí”, finalizó.