Según el Indice de Emprendimientos Dinámicos de la Universidad General Sarmiento, el país retrocedió en condiciones económicas y acceso al financiamiento.
En el universo de empresas que nacen cada año, son muy pocas las que superan los tres años de vida y logran crecer y generar empleo por encima del límite de subsistencia. Las llamadas “empresas dinámicas”, frecuentemente ligadas a la innovación (ya sea en el producto, servicio, o forma de comercialización) son las que mayor desarrollo económico aportan y por eso concitan la atención de académicos y economistas.
El Indice de Condiciones Sistémicas para el Desarrollo de Emprendimientos Dinámicos es uno de los estudios que indagan cuáles son los factores que impulsan o frenan este tipo de emprendimientos. Según el indicador, elaborado por el Programa de Desarrollo Emprendedor (Prodem) de la Universidad de General Sarmiento, Argentina ocupa este año el séptimo puesto del ránking latinoamericano. En primer lugar se ubica Chile, seguido por Brasil, México y Uruguay.
El país retrocedió tres posiciones respecto al año pasado, cuando ocupaba el cuarto puesto, sobre 15 países que integran el ránking regional. “Esta caída obedeció a un deterioro en el indicador del acceso al financiamiento, y también en el de políticas y regulaciones”, comentó Hugo Kantis, director del Prodem, durante la presentación del informe en el encuentro Red Pymes Mercosur que se llevó a cabo del 28 al 30 de septiembre en la Universidad Nacional del Centro, en Tandil.
No obstante, el especialista señaló que “si se implementan iniciativas como la Ley Pyme y la Ley del Emprendedor, se facilitará la creación y el desarrollo de las empresas dinámicas nacientes”. Comparada con sus vecinos de la región, Argentina mantiene el liderazgo en condiciones sociales y educativas y en su sistema científico tecnológico, debido a su buen nivel de desarrollo humano e importante proporción de clase media (46% de la población total).
Los estudios indican que la mayor parte de los emprendedores surgen de los sectores medios de la sociedad.
Sin embargo, “una buena educación no es suficiente para generar empresas de alto crecimiento. Hace falta promover la educación emprendedora desde la enseñanza media e inicial”, opina Kantis. En tanto, la existencia de grandes empresas que generan una cadena de valor, resulta crucial para impulsar emprendimientos innovadores. Cada vez más compañías desarrollan programas de asistencia, financiamiento y capacitación para sus proveedores, y un número creciente de ellas (Grupo Telefónica, Coca Cola, Quilmes, Grupo Sancor, Loreal, entre otras) han generado sus propias incubadoras y aceleradoras de empresas.
“La falta de inversión de riesgo en las etapas iniciales es común en la región, pero los países que lideran el ránking de emprendimientos dinámicos, como Chile y Brasil, tienen instrumentos específicos de capital semilla, destacó Kantis. Países como la Argentina pueden beneficiarse del intercambio de experiencias y la implementación de políticas que fueron exitosas en sus vecinos”, concluyó el especialista.