Irmgard Furchner, que tenía entre 18 y 19 años cuando tuvieron lugar los hechos que ahora se le imputan, tenía que estar presente para leer los cargos que pesan sobre ella, pero decidió fugarse.
A poco de que arrancara el juicio, Irmgard Furchner salió de la residencia en la que vive, en Quickborn-Heide (al norte de Hamburgo), temprano la mañana del jueves, tomó un taxi y se perdió su pista. Con 96 años, Furchner estaba a punto de enfrentarse a un juicio en el que se presenta como acusada de complicidad en más de 11.000 asesinatos que tuvieron lugar en el campo de concentración de Stutthof, en Polonia, en el que sirvió como secretaria durante su juventud. Pero no se presentó. Las autoridades emitieron una orden de arresto contra la anciana, y poco después la mujer era arrestada y trasladada hasta el tribunal de Itzeho.
La Policía dio con el paradero de Furchner, aunque el juicio ha sido aplazado hasta el 19 de octubre, momento hasta el cual la mujer permanecerá detenida, tal y como han confirmado desde la cadena alemana HL-1. “La imputada se ha dado a la fuga (…). Se ha dictado una orden de detención en su contra”, señaló el jefe del tribunal encargado, 20 minutos después de que arrancara el proceso, en ausencia de la acusada. No obstante, las autoridades ya conocían la posibilidad de que esto sucediera: tal y como ha señalado la prensa alemana, la mujer ya había escrito una carta al presidente del tribunal, tres semanas antes, en la que había anunciado que intentaría no presentarse, según confirmó un abogado de las víctimas del Holocausto, quien señaló que esto tenía el objetivo de restar valor al juicio. No obstante, el principal problema de su ausencia reside en que los cargos a los que se enfrenta no se pueden leer a no ser que la propia juzgada esté presente en el tribunal
Para el vicepresidente del Comité de Auschwitz, Christoph Hubner, el comportamiento de Furchner “muestra desprecio por los supervivientes y por el Estado de derecho”, recordando que incluso debido a su edad avanzada podría haber tratado de llegar a un acuerdo con el tribunal en el que poder salir beneficiada. “¡Si está lo suficientemente sana como para escaparse, también lo está para ir a la cárcel!”, criticó Ephraim Zurof, el director del Centro Simon Wiesenthal, una institución que se dedica a documentar las víctimas del Holocausto y al registro de los criminales de guerra nazis.
El juicio contra Furchner se abrió a raíz del resultado del juicio contra John Demjanjuk, exguardia en el campo de Sobibor condenado a muerte en Israel por su participación en el Holocausto, luego absuelto, y condenado también en Alemania, aunque la sentencia no fue definitiva debido a su fallecimiento. Furchner había sido, con solo 18 años, secretaria del campo de concentración nazi de Stutthof, en Polonia, y es la primera mujer en ser juzgada en varias décadas por crímenes relacionados con el Tercer Reich, tal y como recoge ‘The Guardian’.
Sobre esta mujer, de 96 años, pesan cargos por complicidad en el asesinato de 11.412 personas, así como de complicidad en el intento de asesinato de otras 18. A raíz del juicio de Demjanjuk, el juez dijo entonces que siempre que se pudiera probar que una persona había formado parte del ‘engranaje’ de la “maquinaria de destrucción” de la Alemania nazi, por muy pequeño que hubiera sido su papel, habría de ser considerado responsable de los crímenes allí cometidos. Aquel fallo abrió las puertas a más procesamientos. El próximo jueves, de hecho, será juzgado cerca de Berlín un hombre de 100 años, ex guardia del campo de concentración nazi de Sachsenhausen, por su complicidad en 3.518 asesinatos.