En medio de la cotidiana falta de recursos, la ESMET Nº1 inaugurará el próximo jueves una sala hidropónica que se construyó e instaló con la ayuda de alumnos, docentes y egresados. El director del establecimiento, Manuel Paz, explicó en la 99.9 cómo lograron concretar la idea a pesar de no tener una partida presupuestaria. “Hoy los directores debemos proponer, generar los recursos y llevar adelante los proyectos”, indicó.
La ESMET Nº1 de Mar del Plata es un ejemplo de educación desde todo punto de vista. Con una mirada distinta sobre lo que se puede hacer desde una institución para ayudar a la comunidad, el próximo jueves inaugurarán una sala hidropónica para que los alumnos puedan utilizar.
Esta mañana en la 99.9, el director del establecimiento, Manuel Paz, comentó: “teníamos fijados algunos proyectos para este año, tratando de acercar la teoría al mundo real. Generamos unidades educativas; entre ellas, la hidroponia, que es cultivar plantas sin tierra. La idea surgió en función de las necesidades que tenemos como institución”.
La situación de la escuela no es nada sencilla, como en las del resto de la ciudad. Pero ante la adversidad, decidieron trabajar. “Tenemos una matrícula de 300 alumnos, donde la desocupación y los bajos salarios se hacen sentir. La idea es crear herramientas y alimentos que aporten algo”, destacó el director. Y puntualizó que no son ajenos a los problemas sociales: “vivimos una realidad común a todas las instituciones, algunos pueden verlo y otros prefieren obviar la situación. En la matrícula tenemos un alto porcentaje de desocupados, gente que proviene del Puerto. También hay un porcentaje alto de personas que tienen planes sociales. La idea es que esos padres no eduquen en esa línea a sus hijos, generar otras herramientas, no pensar que a los 16 años tendrán un plan social; nosotros asumimos la responsabilidad de educar”.
No es el primer proyecto que emprenden para crear fuentes de ingresos para los alumnos. Por eso, Paz recordó: “producimos dulces, alimentos deshidratados, y ahora estamos con la hidroponia. Sé lo que les cuesta a los padres mandar a los chicos al colegio en este momento, y buscamos darle la mejor respuesta”.
La respuesta de los propios alumnos es realmente increíble. Notablemente emocionado, el responsable educativo de la ESMET explicó que “con los chicos logramos cambios maravillosos. Estas obras las hacemos en equipo y ahí están incluidos los chicos. No hemos parado un día desde noviembre. Hemos trabajado todo el verano con los chicos y algunos profesores para concretar el invernáculo hidropónico. Lograr que los chicos en el verano tengan una jornada de trabajo con nosotros, para mí es maravilloso; no lo tomo como algo común”.
El cambio es posible, y ése es el mensaje que el propio Manuel Paz quiere transmitir en su tarea cotidiana: “hace 20 años que soy director de la ESMET y tengo el mismo entusiasmo que entonces. Creemos que podemos cambiar el estado de ánimo de estos chicos y ayudarlos a pensar en el futuro. Eso transforma sus cabezas y los ves muy positivos”.
No sólo cuentan con el apoyo de los alumnos actuales y con las familias, sino también con el de los egresados que están a disposición para ayudar, reconociendo lo que la ESMET les ha brindado: “monitoreamos a todos nuestros egresados. De hecho, siete de ellos están trabajando en el proyecto de hidroponia. Tenemos el 85% trabajando en empresas de primer nivel”.
Paz no se queda en la excusa de la falta de recursos y busca generar un espacio propio para desarrollar la educación y seguir brindando herramientas a sus alumnos: “entiendo que el rol del director hoy es distinto al de la década del ’80. Debemos proponer, generar los recursos y llevar adelante los proyectos. La sala de hidroponia nos ha llevado una inversión, hasta ahora, de 60 o 70 mil pesos. Hemos creado credibilidad y confianza en la gente y los empresarios”.