Batería de agua en los Alpes, un salto gigante al almacenamiento de energía en Europa

Una empresa suiza construyó una gigantesca batería de agua en las profundidades de los Alpes que proporciona una capacidad de almacenamiento de energía equivalente a 400.000 baterías de coches eléctricos.

Un proyecto de 2.000 millones de francos suizos (2.050 millones de euros) podría ayudar a estabilizar la electricidad, cada vez más cara, de Europa en su transición a las energías renovables.

La llamada batería de agua, Nant de Drance, situada entre dos embalses en una cueva a 600 metros bajo tierra en el cantón suizo de Valais, se describe como un gran paso en la transición de Europa hacia la energía verde. Europa necesita 200 gigavatios de capacidad de almacenamiento de energía para 2030, más del cuádruple de su capacidad actual, según estimaciones de la Asociación Europea de Almacenamiento de Energía.

El proyecto, que tardó 14 años en construirse, consta de 17 kilómetros de túneles subterráneos, que albergan seis enormes turbinas alimentadas por agua que cae en cascada por una tubería de acero en una caverna de la longitud de dos campos de fútbol. En el momento álgido de la construcción, había 650 trabajadores en el lugar y se excavaron 1,5 millones de metros cúbicos de rocas de montaña a una altitud de 2.000 metros.

El proyecto consistió en elevar el nivel de agua de uno de los dos embalses, el superior (Vieux Emosson), en 21,5 metros para duplicar su capacidad. Ahora contiene tanta agua como 6.500 piscinas olímpicas (25 millones de metros cúbicos de agua).

Las centrales hidroeléctricas de almacenamiento son importantes para el avance del uso de las energías renovables porque la eólica y la solar no proporcionan un suministro de energía constante. Estas turbinas de velocidad variable suministran electricidad a la red con rapidez, reduciendo el riesgo de apagones.

Nant de Drance tiene una potencia nominal de 900 megavatios y una capacidad de almacenamiento de 20.000 megavatios hora, lo que puede contribuir a facilitar la transición de Suiza hacia un futuro alimentado por energías renovables. Según la Agencia Internacional de la Energía, las energías renovables, sobre todo la solar y la eólica, tendrán que contribuir al 90 por ciento de la generación mundial de electricidad para alcanzar las emisiones netas cero en 2050. La energía solar y la eólica constituyeron alrededor del 71 por ciento de las adiciones netas anuales de capacidad mundial en 2021, dijo Lin Lu, de la Universidad Nacional de Australia.

Papel equilibrador

“Cuando hay demasiada electricidad en la red, procedente por ejemplo de la producción solar o eólica, Nant de Drance bombea agua del embalse inferior al superior. Al hacerlo, consume electricidad. A la inversa, cuando la demanda de electricidad es superior a la producción, Nant de Drance turbina el agua del embalse superior y la devuelve al inferior, produciendo así electricidad”, explica a DW Aline Elzingre-Pittet, de la empresa que explota la central.

El embalse superior, como una enorme batería ecológica, almacena así la energía hasta que se necesite, manteniendo el equilibrio entre la producción y el consumo en la red eléctrica.

“Nant de Drance es un consumidor neto de electricidad. Su función es almacenar la energía producida en un momento en que no se necesita, no produce electricidad adicional”, explicó Elzingre-Pittet. Esto significa que devuelve a la red cerca del 80 por ciento de la electricidad que toma y almacena unas 20 horas de energía de reserva.

Las centrales hidroeléctricas de bombeo a cielo abierto construidas en sistemas fluviales requieren tradicionalmente la construcción de presas y perturban la vida silvestre y dañan los ecosistemas. Nant de Drance, por su parte, utilizó las infraestructuras de presas y embalses existentes, y la mayor parte de las obras se realizaron bajo tierra, lo que limitó su impacto en el paisaje.

La energía hidroeléctrica de bombeo podría proporcionar seguridad energética también fuera de Europa. Los grandes proyectos nuevos, como el de Wudongde, en el suroeste de China, son un ejemplo de ello. Este proyecto de 10.200 megavatios comenzó a funcionar a pleno rendimiento el año pasado y consta de 12 turbinas, cada una de las cuales tiene capacidad para generar 850 megavatios.