El economista habló en la 99.9 sobre la perspectiva económica pensando en el año próximo y destacó que el sector energético puede dar el impulso necesario para mejorar los parámetros: “se cree que para 2019 habrá un balance neutro después de muchos años”.
El 2018 está a punto de terminar y ha sido un año difícil desde el punto de vista económico. Pensando en el inicio de un año electoral, el Licenciado en Economía Bernardo Kosacoff analizó los movimientos que se puedan dar en el futuro inmediato a través de la 99.9.
“Desde abril hubo una crisis profunda e inesperada con una turbulencia cambiaria que generaron efectos negativos. En el caso de la energía, hay buenas noticias porque de alguna forma podemos esperar que haya un piso para salir de estos 9 meses muy duros que hemos vivido. Teníamos un déficit energético comercial importante por la ausencia de inversiones y porque dependíamos de las importaciones”, explicó.
Los cambios en esta materia resultaron fundamentales para que la balanza volviera a cambiar y se pueda ver en el final del 2019 la recuperación que el gobierno espera: “se ha dado un proceso de recuperación notable y los resultados en base a los combustibles no convencionales son más positivos de lo esperado. Se cree que para 2019 habrá un balance neutro después de haber tenido en su momento 8 mil millones de dólares de superavit y luego haber bajado a 6 millones de déficit”, recordó.
Entre los principales impulsos que servirán para mejorar los parámetros económicos, Kosacoff explicó que “Argentina tiene, en el sector moderno de la economía, un potencial enorme y también en el campo de la bioeconomía en torno a la producción agraria y ganadera. El otro sector que da una respuesta positiva son los servicios basados en conocimiento y también se reducirá el déficit turístico que teníamos con una demanda superior del turismo doméstico. El sector exportador será en 2019 el que mejor desempeño tendrá”.
Nuestro país, de todas formas, tiene un elevado nivel de pobreza que ronda el 33%. El economista explicó que, a pesar del tipo de medición que tiene el país, hay un soporte de asistencia social distinto a otros países del mismo continente: “la forma en la que medimos la pobreza, son indicadores más exigentes que en el resto de América Latina. Tenemos un nivel de políticas sociales y protección hacia sectores humildes notablemente superior a lo que teníamos antes. En la crisis de 2001 no había ningún tipo de cobertura, los primeros fueron los planes Jefes y Jefas de Hogar. La pobreza en Argentina es heterogénea y cuando se recupere la actividad económica, tienen condiciones y posibilidades para recuperarse. Hay otra parte de la pobreza que se hace estructural”, finalizó.