La posibilidad de utilizar B100 en el transporte de cargas puede reducir en 13 millones de toneladas las emisiones de CO2 en cinco años. También es clave para el desarrollo del clúster de producción de biodiésel.
Un grupo de ministros y funcionarios del Gobierno Nacional recorrió en Escobar las instalaciones en las que la fundación de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac) está desarrollando una iniciativa que tiene el objetivo de impulsar una transformación en la matriz energética del transporte de cargas argentino, a partir de la utilización de biodiésel al 100%.
B100 de Fadeeac nació como un proyecto del programa Rango Verde de la federación, a través del cual se busca desarrollar un transporte más sustentable a partir de la investigación y la innovación en energías alternativas.
Esta iniciativa busca certificar con estándares internacionales la producción de un biodiésel puro para que el transporte de cargas nacional comience un proceso de transición hacia una canasta de combustibles sustentables en el corto, mediano y largo plazo. Y, a la vez, que contribuya a desarrollar un subsector energético que es estratégico para las economías regionales y para la generación de divisas para el país.
“Creo en el valor de la innovación para la evolución y esto es innovación plena. El biocombustible es algo altamente positivo. La incorporación de tecnología es central para que le podamos dar eficiencia a nuestro sistema de transporte”, aseguró Mario Meoni, ministro de Transporte de la Nación.
En relación al B100 para el transporte de cargas, Martín Borbea Antelo, secretario general de Fadeeac, aseguró que el proyecto es estratégico para el país no sólo por los enormes beneficios ambientales y productivos que implica, sino porque es viable de forma inmediata con la capacidad instalada que ya posee Argentina.
“Con el uso del biodiésel en esta primera etapa apostamos a reducir 13 millones de toneladas de CO2. Nosotros tenemos que exigir la demanda que necesitemos en cada región del país. Quizá en una región nuestra necesidad sea el GNL, pero en otra podemos demandar biodiésel”, adelantó.
La canasta energética estará conformada por biodiesel 100, GNC y GNL. En una primera etapa, se busca testear un B100 certificado por Fadeeac ya que esta alternativa puede implementarse de forma inmediata con la capacidad instalada del país y posee enormes beneficios ambientales y productivos estratégicos.
Desde el punto de vista ambiental, el transporte de cargas moviliza el 90% de los bienes en Argentina. Para ese movimiento se calcula un consumo de 6,5 millones anuales de toneladas de gasoil. Con el uso de biodiésel 100 se buscará reemplazar el 5% de consumo de gasoil del sector en cinco años, lo que contribuirá a reducir en 13 millones de toneladas las emisiones de CO2 en ese periodo. Adicionalmente, el biodiesel reduce en un 70% la emisión de materia particulada y de azufre.
Desde el punto de vista productivo, Argentina posee las condiciones estratégicas para liderar el mercado de combustibles limpios de transición, no sólo por ser uno de los mayores productores y exportadores de aceite de soja a nivel global, sino también porque hoy la producción de biodiésel en Argentina tiene una capacidad ociosa de casi el 50%.