El plan de “exteriorización voluntaria” de capitales ha sido implementado por varios países integrantes de la OCDE.
La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) explicó varios de estos casos. En el año 2009, Italia creó el plan Escudo Fiscal que tenía como objetivo nacionalizar algo de los 440 mil millones de dólares en activos no registrados ubicados principalmente en Suiza. Quienes ingresaban al blanqueo podían mantener el anonimato y pagaban una tasa del 5% por todo concepto.
Estados Unidos es otro de los países que aplicó esta medida. En 2009 puso en marcha el plan OVDI, de repatriación voluntaria, que relanzó en 2011. El programa penalizó al capital blanqueado con tasas de entre un 5% y un 25%.
Durante el 2012, Portugal puso en marcha la tercera edición de su Régimen Excepcional de Regularización Tributaria que estableció una tasa del 7,5% a los activos blanqueados y eximió de obligaciones tributarias y de penalidades a quienes participaron del mismo.
Este mismo año, México desarrolló un programa de blanqueo impositivo donde los evasores podían descontar entre el 80% y el 100% de los tributos que deberían haber pagado a cambio de la declaración del dinero. El esquema es válido para la evasión en impuestos de carácter federal.
Mariano Rajoy, en España, inició el plan de amnistía fiscal para cobrar el 10% de los tributos correspondientes al dinero no declarado.
En Suiza, los acuerdos bilaterales Rubik avanzaron con Gran Bretaña y Austria, aunque se encuentra paralizado en el caso de Alemania. El convenio no pretende legalizar las cuentas suizas no declaradas que son propiedad de clientes del exterior. Suiza aplica un impuesto sobre los fondos cuya recaudación es transferida al exterior. A partir de allí, los titulares de las cuentas están obligados a pagar también un impuesto de retención directa sobre los intereses financieros generados por sus inversiones.