Bonafini echó de la Fundación a un hombre de Boudou

Se trata de Roberto “El Gordo” Domínguez, oriundo de Batán. Desde 2011, manejaba los fondos de la Fundación.

Hebe-BoudouAmado Boudou fue una de las figuras del kirchnerismo arropadas por Hebe de Bonafini. “Siempre vamos a estar con ella”, le agradecía el Vice en pleno idilio. Pero la relación no pasa por su mejor momento. La debacle política y judicial que atraviesa Boudou, sin duda, influyó. Una señal de alerta fue la reciente salida de la Fundación de Roberto Aybar “El Gordo” Domínguez, el hombre que Boudou había elegido en 2011 para manejar el dinero de las Madres, tras el escándalo de los Schoklender. Casualmente, es el último de los testigos previstos en el caso Ciccone. Según una denuncia de la diputada Patricia Bullrich, compró al menos dos lotes en el exclusivo country Costa Esmeralda, cerca de Pinamar, que serían del Vice. Su declaración estaba prevista para el jueves pasado, pero se postergó “porque no fue notificado”, dijo un allegado.
Hace dos meses que Domínguez ya no frecuenta las oficinas del fideicomiso que maneja las cuentas de las Madres. Quedó el mendocino Luis Debandi, muy cercano al subsecretario Obras Públicas, Abel Fatala. “Terminó su trabajo”, respondió Hebe a sus allegados sobre la situación de Domínguez. Según pudo saber Clarín, el alfil de Boudou intentó visitarla en su casa en La Plata, pero la reunión nunca se concretó.
La gestión de Domínguez dejó muchas dudas: fracasó en su intento de lanzar un plan de viviendas con el sistema de construcción de la empresa Emmedue, el mismo que habían usado los Schoklender. Apenas se hicieron un puñado de casas en Madariaga y en el Partido de la Costa. A la Fundación, igual le sirvió: firmó un contrato con la empresa italiana por el que cobra un porcentaje de la venta de los famosos paneles.
El alejamiento de Domínguez encendió las alarmas porque es muy cercano al Vice: lo conoció hace veinte años, en Venturino, empresa dedicada a la recolección de basura. Años después, se reencontraron en el Partido de la Costa, donde el Vice fue secretario de Hacienda. Cuando saltó a la ANSeS, Boudou no dudó en llevarlo.
Actualmente, Domínguez repartía su tiempo entre la Fundación y Mar del Plata, donde tiene carnicerías y otros negocios.
Bonafini también está molesta con el Vice por el fracaso, en dos ocasiones, de la ley que debería estatizar la Universidad de las Madres. Es un enojo infundado, porque el Vice no tiene injerencia en el bloque oficialista del Senado. En la segunda reunión, faltaron integrantes de comisiones manejadas por senadores que responden a Jorge Capitanich. Hebe prefirió echarle la culpa al vice. ¿Tendrá que ver con sus frecuentes charlas con Cristina? Solo ella lo sabe.