El Observatorio de Femicidios en Argentina realizó un relevamiento de la cantidad de chicos que quedan huérfanos después de los crímenes por violencia de género. En un semestre hubo 95 casos, lo cual significa un niño o niña que se queda sin madre cada dos días por esta causa.
Los femicidios son noticia día a día en los diarios de nuestro país, pero hay una realidad detrás de cada noticia que no puede quedar ajena del análisis. Al menos 95 niños y niñas quedaron huérfanos a causa de la violencia de género durante el primer semestre de 2012, lo que representa un promedio de un chico cada dos días. El relevamiento fue realizado por el Observatorio de Femicidios en Argentina “Adriana Marisel Zambrano” que coordina La Casa del Encuentro.
Teniendo como parámetro lo sucedido hasta el 30 de junio pasado, los medios (sobre los cuales se basa el relevamiento) dieron cuenta de 111 femicidios. La cuenta fatal de violencia de género, sin embargo, es más alta, ya que incluye a otras 17 personas que se interpusieron intentando frenar el ataque, y a 3 hijos de las víctimas: una beba de dos meses, un nene de dos años y una nena de 3 años.
Los femicidios dejaron sin madre a 161 hijas e hijos, de los cuales sólo 95 eran menores de 18 años, mientras que otros 34 eran adultos. Si bien se ignora la edad de los otros 32 hijos e hijas que perdieron a su mamá, se detalló que durante 2011 las víctimas “colaterales” de los 282 femicidios fueron 212 huérfanos antes de cumplir los 18 años.
Hay datos que son todavía más alarmantes, como considerar que muchas de esas niñas o niños han presenciado incluso el asesinato de su mamá, por parte de su propio padre o padrastro. La mayoría también fue testigo de la violencia verbal, psíquica y física que casi siempre precede el femicidio. Esa violencia cotidiana les produce el pánico de perder a la mamá. “Un sentimiento intolerable, el miedo a perder al cuidador”, destacó la psiquiatra Mónica Oliver, especializada en niños y niñas.
Este miedo, sobre todo cuando ocurre en edades tempranas, deja huellas indelebles en esas criaturas. Uno de esos casos, de los más recordados se dio en 2005 cuado Mario Freiro fue denunciado por su hijo menor de 16 años en ese entonces, quien ocho años antes había presenciado cómo mataba a su madre y la enterraba debajo de la cama. Su hermano, dos años mayor, no le había creído y vivió todo ese tiempo paralizado por el miedo; hasta que se fue de la casa y pudo hacer la denuncia. Freiro fue condenado a prisión perpetua.
Por estas cuestiones es que los especialistas en violencia de género reclaman la pérdida automática de la patria potestad del femicida y muchas veces, los hijos quedan a cargo de los abuelos paternos.
Un caso emblemático es justamente el de Marisel Zambrano, quien fue asesinada a trompadas y patadas por su ex pareja José Manuel Zerda en Jujuy y en el 2008. El hecho se desarrolló en la habitación de su beba de 9 meses. Después de recibir sólo 5 años de prisión, ahora está disputando la tenencia de la hija con la familia materna, con quien hoy vive la nena.