Fue enviado desde California, en un cohete de SpaceX, el Sentinl-6. Se trata de una misión en cooperación de la NASA y a ESA, la Agencia Espacial Europea.
Estados Unidos y Europa lanzaron un satélite el sábado desde California para medir la altura global del nivel del mar a lo largo de décadas, lo que permitirá entre otras cosas analizar el cambio climático.
El cohete de SpaceX Falcon 9, que llevaba el satélite, partió de la Base Aérea Vandenberg en la mañana del sábado y se dirigió en un arco hacia el océano Pacífico. La primera fase del Falcon regresó al sitio de lanzamiento, donde se la podrá reutilizar.
El satélite Sentinel-6 Michael Freilich debe desplegar sus paneles solares y tomar el contacto inicial con los controladores.
El instrumento principal del satélite es un radioaltímetro de gran precisión que lanza pulsos de energía hacia la superficie al sobrevolar los océanos del mundo. Un gemelo idéntico, Sentinel-6B, será lanzado en 2025 para asegurar la continuidad del registro.
Las mediciones del nivel del mar se realizan sin interrupción desde el lanzamiento en 1992 del satélite franco-estadounidense TOPEX-Poseidon, al que siguieron otros hasta el actual Jason-3.
La altura del nivel del mar es afectada por el calentamiento y el enfriamiento del agua, lo que permite a los científicos utilizar los datos del altímetro para detectar fenómenos que afectan el clima tales como El Niño, que es una corriente cálida, y La Niña, que es fría.
Las mediciones también son importantes para comprender el ascenso del nivel del mar debido al calentamiento global, que según los científicos pone en riesgo las costas y a miles de millones de personas.
“Nuestra Tierra es un sistema complejo de dinámica conectada entre la tierra, el océano, el hielo, la atmósfera y desde luego nuestras poblaciones humanas, y ese sistema está cambiando’‘, dijo la directora de la División de Ciencias de la Tierra de NASA, Karen St. Germain, en una conferencia previa al lanzamiento el viernes.
“Dado que el 70% de la superficie de la Tierra es océano, los océanos cumplen un papel enorme en la manera como cambia el sistema en su conjunto’’, acotó. El nuevo satélite es una precisión sin precedentes.
“Este es un parámetro extremadamente importante para el monitoreo del clima”, dijo Josef Aschbacher, director de observaciones de la Tierra de la Agencia Espacial Europea. “Sabemos que el nivel del mar está subiendo’’, agregó. La gran pregunta es en qué medida y con cuánta rapidez.
Otros instrumentos a bordo medirán cómo las señales de radio atraviesan la atmósfera, lo que brindará datos sobre la temperatura y la humedad atmosféricas que ayudarán a mejorar los pronósticos meteorológicos.
Europa y Estados Unidos comparten el costo de la misión, de 1.000 millones de dólares (unos 900 millones de euros), que incluye los satélites gemelos. El sistema doble es algo habitual. La CONAE, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales de la Argentina, también lanzó dos satélites hermanos, el Saocom 1A y el 1B, enviado al espacio en agosto para trabajar en tándem.