Carzoglio prohibió a los medios difundir información sobre un barra de Independiente

El juez Luis Carzoglio, quien rechazó al pedido de detención del secretario adjunto del sindicato de Camioneros, Pablo Moyano, ordenado por el fiscal Sebastián Scalera en la causa en la que se acusa al gremialista de defraudar a Independiente, prohibió a los medios de comunicación difundir información e imágenes del barrabrava e histórico custodio de Hugo Moyano Roberto Petrov por 180 días.

El juez Carzoglio (Foto: Nicolás Aboaf)

En una nota dirigida al Enacom, Carzoglio pidió que “se notifique a todos los medios periodísticos de radio y televisión la prohibición por el plazo de 180 días de difundir información e imágenes respecto de la persona de Petrov Roberto y su núcleo familiar, ello en lo que respecta a la presenta investigación en la que resulta imputado el nombrado”.
El abogado constitucionalista Daniel Sabsay consideró que la resolución del magistrado configura un caso de censura previa. “Me parece inconcebible”, dijo y señaló que, además, la notificación de Carzoglio no está acompañada por ningún fundamento. También indicó que “habría que investigar si no hay encubrimiento” al imputado.
El “Polaco”, como lo llaman, es uno de los detenidos en la “Causa Independiente”. En las escuchas que constan en el expediente, aparece como nexo entre las demandas de “Bebote” Álvarez y Pablo Moyano, a quien entre ellos llaman “El Salvaje”.
En las comunicaciones queda claro que el “Polaco”, por ser integrante de la barra y a la vez una persona cercana al líder sindical, e incluso empleada en Camioneros, actuaba para que “Bebote” consiga dinero del club.
En una de las escuchas, cuando Álvarez y varios de los otros barras ya estaban detenidos, Petrov, pendiente de que pudiera estar siendo escuchado, dijo: “Nos meten en este quilombo porque organizamos un viaje o por lo que fuere”.
El “Polaco” Petrov no es un barra cualquiera: ingresó en los 90 al paravalanchas de Independiente y ya para fines de esa década manejaba dos grupos de barras, uno de la zona sur y otro de Moreno. Al mismo tiempo fue escalando posiciones en el gremio de Camioneros, donde se hizo un nombre entre los pesados de la rama de bebidas alcohólicas y aguas gaseosas.
Su fama convenció al clan Moyano para sumarlo a su estructura de seguridad: fue así que paulatinamente bajó su perfil en la cancha y comenzó a moverse dentro del círculo de la seguridad de Hugo, a quien siguió a sol y sombra desde que en 2004 fue nombrado secretario general de la Confederación General del Trabajo.
Si bien en el sindicato ya tenía un nombre rutilante, su cara se hizo conocida el 17 de octubre de 2006: en ese Día de la Lealtad, el traslado de los restos de Perón a la quinta San Vicente terminó en una batalla campal entre los camioneros y la barra de Independiente de un lado, y los afiliados a la Uocra del Pata Medina y la barra de Estudiantes de La Plata del otro. Y en el palco central, un azorado Hugo Moyano tenía alguien a su lado que resguardaba su integridad: el inefable “Polaco”.
A partir de entonces vivió todas las etapas que su líder gremial atravesó y en 2014, cuando Moyano ganó la presidencia de Independiente, supo que le encomendaría otra misión: volver a sus orígenes, pero ya no como integrante raso, sino como uno de los dueños de la barra brava.
Había trabajado en silencio desde enero para que los Diablos Rojos votaran a favor de Hugo y aquel 6 de julio de 2014 fue el primero en abrazar al líder camionero cuando arrasó en las elecciones. Un mes más tarde, ocupaba su lugar en el mundo: en el debut del torneo frente a Atlético Rafaela, el 10 de agosto de 2014, se paró al lado del inefable Pablo “Bebote” Álvarez y coronó su doble estándar de hombre del presidente más líder barra.
Durante estos tres años, se lo vio en todas las canchas donde jugara el Rojo, en el país o en el exterior, compartiendo el palco de los Moyano a veces y otras enfrentándose a la Policía, como ocurrió en Brasil en 2016, cuando quedó herido y detenido tras una batalla en Chapecó.