Casi 50.000 personas en alerta por coronavirus en el norte de Italia

Vecinos de Lombardía, obligados a encerrarse en casa.

La pequeña ciudad de Codogno, en el norte de Italia, está completamente cerrada. Sus autoridades han clausurado escuelas, oficinas municipales, negocios de alimentación, bares, discotecas y demás lugares públicos por la amenaza del coronavirus en Lombardía. También han tomado las mismas medidas los cercanos pueblos de Castiglione d’Adda y Casalpusterlengo. En total, el Gobierno regional ha ordenado a unas 47.500 personas de diez localidades limítrofes en la provincia de Lodi que permanezcan en sus casas.

La alarma ha tomado el norte de la península Itálica después de que ayer se registraran por lo menos 15 nuevos casos de coronavirus en un mismo día en Lombardía, y el Ministerio de Sanidad italiano ordenara que todas las actividades públicas y eventos deportivos se cancelaran en las áreas afectadas. Dos personas más están pendientes de confirmación, pero parece que también han resultado contagiadas. El consejero de Sanidad de Lombardía ha anunciado que se van a suspender las fiestas de carnaval y las misas. “Es necesario aislar inmediatamente las zonas donde se desarrolló el virus para contenerlo”, afirmó el Comisionado de Protección Civil de Lombardía, Pietro Foroni.

Con los nuevos casos detectados y confirmados ayer, ya son 17 las personas diagnosticadas con el coronavirus en Italia, lo que lo convierte en el país más afectado de Europa. Supera a Alemania, primer país europeo que sufrió un brote con contagios en su propio territorio y donde se registraron 16 casos. El brote de Alemania se considera controlado. En el conjunto de Europa se han registrado 63 casos en nueve países, con una única muerte en Francia, según datos de la Organización Mundial de la Salud.

Italia ya tenía tres casos controlados en el hospital Spallanzani de Roma, especializado en enfermedades contagiosas, dos de ellos una pareja de turistas chinos. Pero el brote de Codogno ha puesto a todo el país en alarma, especialmente porque no está claro cuál ha sido el foco del contagio ni el alcance de los que serán afectados. Hay 250 personas en cuarentena, a la espera de saber si presentarán síntomas.

El primer caso registrado ayer fue el de un hombre italiano de 38 años de Codogno, 60 kilómetros al sur de Milán, que se dirigió el miércoles al hospital. En un principio no se consideró que tuviera nada que ver con el coronavirus porque no tenía ninguna aparente relación con China, hasta que al empeorar fue trasladado a cuidados intensivos.

Su esposa, embarazada de ocho meses, fue quien informó de que a principios de mes había pasado un tiempo con un amigo que regresaba de China, que ha dado negativo y no ha experimentado síntomas pero está siendo estudiado para comprobar si fue portador del virus sin llegar a tener síntomas.

El virólogo Giorgio Palù argumentó que cabe la posibilidad de que este hombre que viajó desde China tuviera una cantidad clínicamente insignificante de coronavirus en su cuerpo en el momento de los análisis, pero que el contagio se hubiera producido anteriormente.

Una posibilidad alternativa es que fuera un portador asintomático del coronavirus y que, pese a no tener síntomas de la enfermedad, hubiera transmitido la infección. La posibilidad de contagios por parte de portadores asintomáticos, que se ha planteado como hipótesis, fue confirmada ayer por médicos del hospital provincial de Henan (China) en un caso presentado en la web de la revista médica JAMA . Informan que cinco personas de una misma familia contrajeron el coronavirus de otro familiar que había viajado a Wuhan y que en ningún momento tuvo síntomas de infección respiratoria.

En Italia, el paciente de 38 años ha contagiado también a un amigo con el que practicaba deporte y a cinco trabajadores sanitarios y tres pacientes del hospital de Codogno donde se identificaron los primeros contagios, entre otros. Lo que ha puesto en alerta a las ­autoridades italianas es que el contacto entre el primer paciente y su amigo que venía de China se produjo mucho después de que el segundo regresara del gigante asiático.

De hecho, habían pasado más de 14 días, considerado el periodo máximo de incubación de la enfermedad. Las autoridades italianas sopesan que pudiera llegar a contraer el virus y su infección hubiese terminado, o bien una hipótesis más alarmante: que se haya perdido el rastro epidemiológico del contagio. Por precaución, todos sus compañeros de trabajo en la sucursal italiana de Unilever, así como el personal médico que le atendió en Codogno, han sido aislados. Otros tres contagiados son clientes de un bar del cercano Castiglione d’Adda que llegaron al hospital presentando los síntomas de una neumonía. Estos tres casos son de personas de entre 70 y 80 años.

Ayer también se supo que en la región del Véneto hay dos personas a las que se les están realizando pruebas y por el momento no se había confirmado que fueran portadores del coronavirus. Son ciudadanos italianos de edad avanzada, aunque no estaba claro si estaban conectados con los 14 casos de Lombardía. Según el gobernador del Véneto, Luca Zaia, una de estas personas se encuentra “en estado crítico en cuidados intensivos”. Los dos ancianos son residentes en el municipio de Vo’, en la ­provincia de Padua, lugar donde se encuentran hospitalizados. De confirmarse, el número de casos italianos ascendería a 19.

El Gobierno de Giuseppe Conte está tratando de frenar el pánico, pero avisó que impondrá la cuarentena a todos los que hayan entrado en contacto con los contagiados. El ministro de Sanidad, Roberto Speranza, intentó tranquilizar a los ciudadanos y dijo que el Gobierno ya tenía un plan preparado porque “era evidente que lo que ha pasado podía suceder”. “Italia está preparada. Aplicaremos el plan”, declaró.