Luego de que se buscara “irregularidades” con un georadar en el piso de la comisaría 9°, lugar donde fue visto por última vez en 1993, una investigación muestra que el cuerpo de un joven fue llevado al osario común a solo horas de la fecha de su desaparición.
En los primeros días de mayo, la causa por el joven torturado y desaparecido por policías de La Plata, ordenó la utilización de un georadar para encontrar “cuerpos extraños” en la propia comisaría 9na, donde fue visto por última vez.
Sin embargo, el procedimiento no arrojó ninguna certeza. Ahora, tras un dato surgido de una de otra investigación judicial, se especuló que el cuerpo de Miguel Bru podría estar en el cementerio local.
Luego de que el juez en lo Contencioso Administrativo, Luis Arias, estuviera analizando libros de entradas y salidas de cadáveres en el marco de la investigación sobre la cantidad de muertos durante la inundación trágica del 2 de abril de 2013, un dato curioso llamó la atención: horas después de la fecha de la desaparición del joven, el 17 de agosto de 1993, se notifica que personal de la comisaría 9na, depositó un cuerpo joven en la morgue, el cual habría terminado en un osario común.
“No es una pista, es un indicio. Si uno se pone a pensar, no hay mejor lugar para esconder un cuerpo que un cementerio”, dijo al respecto el juez Arias.
Por su parte, la información también había sido aportada por los periodistas platenses Pablo Morosi y Pablo Romanazzi, quienes realizaron una investigación que expone las condiciones de la ciudad ante una posible nueva inundación de carácter similar a la del 2 de abril.
Si bien la desaparición del cuerpo de Bru sigue siendo una interrogante desde hace 24 años, en el año 2000 la Suprema Corte de Justicia bonaerense condenó a prisión perpetua a dos policías, Walter Abrigo y Justo López, responsables de torturar hasta matar al joven.
Tras testimonios y pistas, se pudo comprobar el final del joven estudiante de periodismo en La Plata, pero no el destino de su cuerpo. Ahora, luego del dato que aportaron el juez y los periodistas, esa dolorosa incógnita podría develarse, pese a la dificultad que eso conllevaría.
“No es una pista certera” dijo Rosa Schonfeld de Bru, la madre del joven desaparecido. “¿Tengo que aceptar esto? No, me hace mal”, manifestó.