Un equipo de investigadores argentinos entraron en la última fase para encontrar una vacuna contra el melanoma, el cáncer de piel más agresivo. No solamente podría tratarlo, sino que evitaría la reaparición de la enfermedad.
Fueron más de 20 años de estudios, análisis y pruebas fallidas hasta conseguirlo. Un grupo de científicos argentinos llegó a la última fase de investigación para la vacuna contra la forma más agresiva de cáncer de piel: el melanoma.
José Mordoh, líder del equipo de investigación y jefe del Laboratorio de Cancerología de la Fundación Instituto Leloir y de bioterapia en el Instituto Alexander Fleming; indicó que “en dos o tres años esperamos contar con la vacuna aprobada”. En este momento están buscando pacientes que puedan participar en el ensayo.
Si llega a superar esa etapa, se convertirá en la primera vacuna a nivel mundial para esta patología e impedirá la reaparición del melanoma en aquellas personas que lo han sufrido o bien se encuentran en el estadío temprano. Mordoh explicó que “estos pacientes no tienen enfermedad visible pero sí un 60% de posibilidad de recaer. Por medio de las aplicaciones evitamos que la enfermedad vuelva”.
Esta investigación se lleva a cabo sobre 108 pacientes con melanoma cutáneo fue aprobada por la ANMAT en 2009 e implica un seguimiento al paciente durante los cinco años posteriores con el objetivo de evaluar si está libre de enfermedad y su calidad de vida.
El tratamiento consiste en 13 aplicaciones a lo largo de dos años, y cada dos meses. Según el especialista, en caso de aprobarse la aplicación sería la misma con controles cada 6 meses.
En la Fundación Instituto Leloir se llevan a cabo investigaciones básicas relacionadas con inmunoterapia antitumoral, mientras que el ensayo clínico (con pacientes) se lleva a cabo en el Instituto Alexander Fleming, que aporta toda la infraestructura clínica. La investigación también cuenta con el apoyo del CONICET, la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, y el Instituto Nacional del Cáncer.
El estudio tuvo una fase anterior que comenzó en 2002 e incluyó la prueba de la vacuna en 20 pacientes. “El 70% de los pacientes con melanoma cutáneo de estadios II-III (12 pacientes) continúa libre de enfermedad. Es un excelente resultado, pero hay que seguir. Estamos aprendiendo mucho, no sólo a controlar las micrometástasis sino también qué es lo que puede despertarlas”.
Tener una vacuna se convierte en la mejor estrategia porque “el melanoma es un tumor inmunogénico, esto quiere decir que genera una respuesta inmune que podemos mejorar con las aplicaciones. Ya sabemos que otros tratamientos, como la quimioterapia no tienen éxito. Por lo contrario, las vacunas terapéuticas apuntan a que la persona desarrolle sus propias defensas”, precisó Mordoh.
La composición de la vacuna contiene una mezcla de células tumorales irradiadas que, junto con las sustancias estimuladoras del sistema inmune activan su respuesta para atacar al tumor: “El objetivo es despertar al sistema inmune para que envíe las defensas a los sitios donde se encuentren comenzando las micrometástasis”, explicó Mordoh.
Esto implica que la vacuna terapéutica “educa” al sistema inmune para que reconozca la diferencia entre las células normales y las cancerígenas.
Además, atrae hacia el sitio de vacunación a las células dendríticas que tienen como misión “atrapar a los antígenos que ingresan al organismo, llegan al sitio de vacunación y, una vez allí, incorporan y procesan a las células tumorales irradiadas con los antígenos característicos del melanoma”. Estas células viajan hacia los ganglios linfáticos, donde les enseñan lo que aprendieron a otras células especializadas del sistema inmune para que sepan reconocer y atacar el desarrollo del tumor, eliminando además, las células tumorales residuales.
Colabora con esta investigación la Fundación Sales desde 1998. Arturo Prins, director ejecutivo de la fundación, explicó que “se decidió financiar esta investigación hace 25 años” y lo hizo “con los pequeños aportes mensuales que recibe de más de 70 mil ciudadanos”. El CONICET aporta al proyecto investigadores, becarios y el laboratorio del Instituto de Investigaciones Bioquímicas Buenos Aires, que funciona en el Instituto Leloir de Buenos Aires. Por otra parte, la Fundación Cáncer (FUCA) comenzó a apoyar las investigaciones preclínicas en el Centro de Investigacione Oncológicas hacia fines de la década de 1990. El laboratorio que actuará como patrocinante del actual ensayo clínico será el Pablo Cassará.
De todas maneras, nuestro país no es el único que está trabajando en una vacuna terapéutica para erradicar el melanoma, ya que existen trabajos en Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y Holanda, en los que se intenta llegar a la cura del cáncer de piel. Hasta el momento, todos presentan resultados negativos. Para Mordoh, esto se debe a que “tomaron caminos equivocados al tratar a pacientes con una elevada carga tumoral. De esa forma, no les queda resto para poder trabajar en reforzar al sistema inmune, porque aquellos sistemas ya se encuentran muy debilitados.”
Cabe destacar que el cáncer de piel se forma en tejidos de la piel y puede deberse a diversos factores, como las quemaduras solares reiteradas o la exposición a radiación UV a largo plazo. Dentro de ese panorama, el melanoma es considerado el más agresivo de todos los tumores cutáneos y su frecuencia de aparición en la población aumentó en los últimos años, representando el 5% de los tumores malignos.
Los especialistas coinciden en que la mayoría de los casos, el melanoma no se detecta de forma temprana “porque la gente no está acostumbrada a observar su cuerpo”. “Tenemos que aprender a activar señales de alerta con respecto a los cambios en nuestra piel. Para eso, es fundamental la buena comunicación entre médicos y pacientes”, destacó Mordoh. Por otro lado, el experto aclaró que para favorecer el contacto de quienes participan del protocolo y sus médicos, se publicará la historia clínica de los pacientes online. Los trabajos para la prevención del cáncer crecen de forma exponencial. En el país, los resultados del tratamiento contra el melanoma están impulsando a los científicos a realizar estudios en cáncer de colon y de mama que podrían, con el tiempo, derivar en dos nuevas vacunas antitumorales.