Investigadores del Clínic-Idibaps de Barcelona han perfeccionado el test de sangre en heces para elevar su precisión diagnóstica al 96% y así reducir un 36% de las colonoscopias que se hacen cuando el resultado del test es dudoso.
Añadir al análisis de sangre oculta en heces dos marcadores parece mejorar la efectividad de los programas de cribado del cáncer colorrectal (CCR). Así lo entienden investigadores del Hospital Clínic-Idibaps de Barcelona, que en un estudio publicado en Gastroenterology demuestran que este nuevo sistema obtiene una precisión diagnóstica cercana al 96% al identificar a personas con cáncer de colon. Este porcentaje es más elevado que el del empleo exclusivo del test de sangre en heces, situado en torno al 70%, que es el método actual en los programas de cribado del CCR, el tipo de cáncer más frecuente en España y la segunda causa de muerte por cáncer en todo el mundo.
Este nuevo método de detección presentado este miércoles en Barcelona “también nos puede permitir superar las limitaciones que presenta el test de sangre en heces”, ha señalado Antoni Castells, director médico del Hospital Clínic y coordinador del estudio. Por un lado, el test actual “no es lo suficientemente sensible en la detección de lesiones precancerosas, de pólipos: su sensibilidad es del 20-25%, mientras que con estos nuevos biomarcadores alcanza el 50-60%”. En segundo lugar, la baja especificidad del test de sangre en heces genera una tasa elevada de falsos positivos o resultados dudosos, “lo que conlleva la realización de colonoscopias innecesarias”. De hecho, el estudio concluye que la utilización del nuevo método habría permitido “ahorrar” un 36% de colonoscopias debido a falsos positivos.
“Los resultados nos indican que combinar la cuantificación de dos microARN -microrreguladores de la expresión génica que están presentes en estos tumores- y de hemoglobina en la muestra de heces identifica de forma más precisa a los pacientes con el cáncer que el uso exclusivo de la hemoglobina como indicador”, ha remarcado Meritxell Gironella, investigadora del grupo CIBER de Enfermedades Hepáticas y Digestivas-Idibaps. A este mismo grupo pertenece la investigadora predoctoral Saray Durán-Sanchón, primera firmante del trabajo.
Para la validación a mayor escala de este nuevo método de cribado, Castells ha manifestado que será necesario llevar a cabo un estudio prospectivo con unas 10.000 personas, “lo que comporta un presupuesto muy alto, en torno a 3 millones de euros”, por lo que ha solicitado la colaboración de la industria. Con todo, también ha señalado que este análisis de microARN “es poco complejo” y que su implantación no sería muy cara: “más que el euro y medio que cuesta el método actual, pero mucho menos que los test genéticos actualmente en el mercado, que superan los 400 euros”.
En todo caso, cualquier método de cribado poblacional debe “ser asequible”, puesto que sólo en España estos programas ofrecen cobertura a más de 12 millones de personas mayores de 50 años. En cuanto a la participación en los mismos, Castells ha manifestado que ronda el 50-55% de la población diana, por debajo del 65% que se registra en Países Bajos y mucho más lejos del 80% de los programas de cribado del cáncer de mama en los países desarrollados.
Acerca del rendimiento de estos programas, Castells ha reconocido que no hay datos que demuestren una disminución de la incidencia de cáncer de colon, “pero sí del aumento de la detección de los tumores en fases iniciales, que ha pasado del 20-30% antes de los programas al 60-65% en la actualidad”. De hecho, este avance ya se traduce en términos de mortalidad por este tumor. Según un estudio que comparó las comunidades autónomas con y sin programa de cribado en 2010, “en las primeras se ha registrado un descenso del 9% de la mortalidad por este cáncer”. Además, Gironella ha indicado que el nuevo método presentado este miércoles “probablemente contribuiría a disminuir la incidencia de cáncer colorrectal, dada su sensibilidad más elevada en la detección de pólipos”.
Castells ha explicado que este estudio es la culminación de un proyecto de 4 años en diversas fases. En la primera, se realizó un análisis genómico de microARN en muestras de tejido de tumores colorrectales, de adenomas y de tejido sano. Luego se evaluó si los microARN alterados se podían encontrar también en las muestras fecales.
Posteriormente se pasó a la validación clínica, en la que se confirmó que los microARN sobreexpresados en las muestras se correlacionaban con los tumores colorrectales y pólipos detectados en cerca de 800 pacientes con resultados positivos en el test de sangre en heces dentro del programa barcelonés de cribado. En la fase final, los investigadores han desarrollado un algoritmo matemático para la identificación de pacientes con lesiones avanzadas en base a su perfil de microARN.