Estuvo hasta marzo al frente de la disuelta Unidad Especial de Investigación, aseguró que la pista iraní “es débil”y advirtió que “quizás” a alguien le conviene que ese país “siga sospechado”.
El ex senador radical Mario Cimadevilla, quien hasta marzo pasado estuvo al frente de la disuelta Unidad Especial de Investigación AMIA, aseguró que la pista iraní “es débil” y advirtió que “quizás” a alguien le conviene que ese país “siga sospechado del atentado”.
“Quizás conviene que Irán siga sospechado del atentado y no que se esclarezca y no lo sea”, resaltó el dirigente radical en declaraciones a radio FM Tiempo, de Chubut. Luego de que se conociera casi un año después el informe que presentó al Gobierno antes de salir del equipo, Cimadevilla aseguró: “Cuando disuelven la unidad dicen que ya cumplió su objetivo y eso es mentira porque el objetivo era esclarecer el atentado a la AMIA”.
Además, sostuvo que dos semanas después de dejar el organismo entraron a robar a su casa y no se llevaron “nada, solo rompieron las computadoras”.
El ex senador radical se expresó así luego de que el diario Jornada de Chubut publicara el duro informe que presentó ante el Gobierno antes de la disolución de la unidad fiscal.
En ese documento, Cimadevilla acusó al presidente Mauricio Macri y al ministro de Justicia, Germán Garavano, de dar blindaje político a “amigos” implicados en el supuesto encubrimiento del atentado terrorista contra la mutual judía.
Denunció connivencia con ex fiscales “amigos” que en su momento fueron querellados por el Estado, como Eamon Mullen y José Barbaccia.
Cimadevilla iba a denunciarlos junto al ex jefe de la Policía Jorge “Fino” Palacios y al juez Juan José Galeano, pero no pudo concretarlo.
“Yo tenía que elevar los alegatos para acusar por encubrir. Estaban el juez Galeano, fiscales y miembros de la Policía. Yo pedí que la querella del Estado acuse a todos. Pero Garavano no quería. !Mullen y Barbaccia son amigos, no se los puede acusar””, recordó Cimadevilla en una reconstrucción del diálogo que habría mantenido con el ministro de Justicia.
El ex legislador radical dio a entender que el funcionario seguía órdenes del Presidente. “Nunca me lo dijo en persona Macri, pero las diligencias de Garavano tenían una orden. De hecho, tampoco querían acusar al Fino Palacios, que fue el policía que ayudó con el rescate de Macri cuando había sido secuestrado”, agregó en declaraciones a la prensa.