Pavel Sheremet, periodista de origen bielorruso, perdió la vida al explotar un coche bomba. Las autoridades creen ahora que su crimen se ideó para “desestabilizar” el país.
Tres años después de su asesinato con un coche bomba, la policía ucrania ha detenido a cinco sospechosos por su presunta conexión con la muerte del reportero de investigación bielorruso Pavel Sheremet. Así lo ha anunciado este jueves el ministro del Interior de Ucrania, Arsen Avakov. Los detenidos, tres hombres y dos mujeres, fueron veteranos en la guerra del Donbás, adonde acudieron como voluntarios para ayudar a las tropas que luchan contra las fuerzas separatistas apoyadas por el Kremlin. La policía ucrania sostiene que su motivación era desestabilizar la situación política del país.
Sheremet, que había huido de Bielorrusia y después de Rusia denunciando acoso y persecución, era un gran crítico con el régimen de Aleksander Lukashenko y también de Vladímir Putin. Los investigadores creen que el crimen tiene relación con su trabajo periodístico.
El asesinato de Sheremet, quien fue galardonado con un premio de periodismo de la OSCE por sus informaciones sobre las violaciones de los derechos humanos en Bielorrusia, supuso una vuelta atrás a los días de violencia contra los periodistas en Ucrania, denunciaron diplomáticos occidentales y organizaciones para los derechos civiles. Y fue un golpe para la imagen de Kiev como centro de inmigración de activistas, políticos y periodistas críticos con la política de Rusia y también de Bielorrusia. Desde entonces, las organizaciones internacionales han instado a Ucrania a resolver el caso.
La policía ucrania ha identificado a los sospechosos después de estudiar horas de grabación de las cámaras de seguridad y vigilancia de la zona, junto a expertos del Reino Unido, ha explicado el subdirector de la policía Evgeni Koval. Los sospechosos son el sargento de las Fuerzas de Operaciones Especiales, Andrei Antonenko, la médica militar Yana Dugar, la voluntaria Yulia Kuzmenko y los veteranos de Inna Grischenko y Vladislav Grischenko. Las autoridades creen que fueron Antonenko y Kuzmenko quienes colocaron la bomba bajo el coche que usó Sheremet, que en realidad pertenecía a su compañera, Aliona Pritule, cofundadora del popular diario en línea Ukrainskaya Pravda.
Sheremet se había instalado en Kiev en 2014, después de abandonar la televisión pública rusa asegurando que le resultaba “imposible” trabajar. Antes había hecho un recorrido similar desde Minsk, donde trabajaba como corresponsal del primer canal ruso hasta que fue encarcelado y tras varios meses en prisión, privado de la nacionalidad ucrania y expulsado del país.
“Los presuntos asesinos fueron detenidos. Hoy hemos recibido muchas respuestas”, ha declarado el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, tras hacerse públicas las detenciones. “Pero queda una pregunta: quién encargó el crimen. Yo estoy seguro de que esta pregunta tendrá respuesta próximamente”, alegó el líder ucranio, que pidió más esfuerzos para identificar a los autores intelectuales del asesinato de Sheremet.