Claudia Luengo: “Nos entraron a robar dos veces en una semana, estamos devastados”

La directora de la Escuela Secundaria 33 de Mar del Plata, Claudia Luengo, se refirió en la 99.9 a los casos de vandalismo que sufrió el establecimiento en apenas una semana y que los ha dejado sin elementos mínimos: “no tenemos nada para servirles el desayuno a los chicos, no tenemos una olla ni una pava”, dijo consternada. 

Las escuelas de los barrios en Mar del Plata sufren en muchos casos constantes actos de vandalismo que los lleva a la desesperación. La Secundaria 33, ubicada en Benito Lynch 4959, tuvo dos robos en apenas una semana donde los han dejado literalmente sin nada. Esto genera que tampoco, por ejemplo, puedan brindar el servicio de merienda para los estudiantes en la mañana.
La directora del establecimiento, Claudia Luengo, habló en la 99.9 y remarcó que “es la segunda vez en siete días que entran a robar, estamos devastados. Además de que nos rompen todo, nos llevan lo poco que tenemos. Ingresaron por el mismo lugar, por la misma ventana de la cocina llevándose vasos, cucharas, plato, la poca mercadería que habíamos recuperado desde la semana pasada, los equipos de música; todo”.
Pero el nivel de daño que generan los que ingresan se excede al robo porque incluso les tiran a la calle papeles que sólo son utilizados desde el punto de vista administrativo: “en la dirección tiraron toda la documentación, había papeles tirados en la calle que tienen que ver con la cooperadora. Nosotros trabajamos para el barrio, son los chicos de la zona y estamos trabajando para sus hijos y familiares. Nos estábamos recuperando con una campaña a través de los vecinos y familiares. Ahora no tenemos nada para servirles el desayuno a los chicos, no tenemos una olla ni una pava”, agregó la directora.
Los problemas que tratan cotidianamente no pasan sólo por brindarle educación a los chicos, sino que tienen que abordar otras situaciones sociales: “el flagelo más grande del barrio es la droga y trabajamos en ello. En este caso no son personas muy grandes porque el lugar por el que entra es pequeño. Tenemos la marca de una zapatilla en un papel y no calzan más de 35 o 36″.
Desde el punto de vista de infraestructura, también se pueden aportar soluciones para que esto no suceda tan a menudo: “las ventanas están podridas y son fáciles de romper, las rejas están puestas cuando se hizo la escuela y la sociedad no era como ahora; las cortás con nada. Lo que debemos hacer es cambiar rejas y ventanas como primera medida”. 
Como parte de la comunidad educativa, Claudia sabe que debe lidiar con estas situaciones, pero llega a limites desesperantes para cualquier directivo: “es lo que nos toca como realidad, no podemos estar ciegos y tampoco le esquivamos a esta realidad. Todo el equipo docente trabaja estas situaciones, pero hay quienes lo entienden y quienes no pueden hacerlo. Prefiero pensar que no pueden y no que no quieren”, se convenció.