La docente forma parte de un grupo de personas autoconvocadas que van todas las mañanas a la puerta de PAMI para ayudar a los ancianos que van a hacer trámites y reciben el maltrato de los empleados: “al ver esta situación tuvimos empatía porque alguien tenía que hacerse eco de esto”.
Cada mañana, en PAMI, los abuelos o sus familiares viven una verdadera odisea para conseguir desde un turno, hasta la medicación que necesitan urgentemente. Ese destrato despertó un sentido de empatía en un grupo de mujeres que están todas las mañana ayudando a los abuelos en la puerta de la entidad.
Una de ellas es Claudia, que contó a través de la 99.9 como se fue dando todo: “se inició el miércoles pasado por una lamentable situación. Pasé caminando por la vereda y escuché gritos. Subí por la escalera y me senté sacando fotos y filmando el maltrato hacia los adultos mayores. Me revelé y puse un comentario en un grupo de Whatsapp y la señora Marilyn me contestó que vendría al otro día a las 7 de la mañana. Desde el jueves de la semana pasada nos apersonamos todos los días”.
Ante este gesto, empezaron a sufrir distintos “aprietes” por parte de los encargados de brindar seguridad en la sede: “tres veces el personal de seguridad nos ha amenazado diciendo que si no nos retiramos del hall nos envían un móvil policial para llevarnos a la comisaría. Le pregunté que estábamos haciendo que sea delictivo y me dijo que teníamos que irnos. El Sr. Alejandro Lavandeira se presentó y me dijo que era el área jurídica y no podíamos estar ahí porque éramos gestoras cuando no es así. Soy una maestra acompañada por un grupo de señoras solidarias que al ver esta situación tuvimos empatía porque alguien tenía que hacerse eco de esto”.
Llevan apenas una semana tratando de ayudar y se han encontrado con miles de situaciones increíbles. “Desde el martes, estamos viendo conversiones en empleados que con sus propios celulares ofrecen sacar turno en la puerta de entrada que es lo que estamos haciendo nosotros. Cuando los adultos mayores quieren sacar un turno, les dan una fotocopia para que entren por la página de internet”, dijo. Luego agregó: “las personas que quieren comenzar los trámites no vienen una vez, son dos o tres en la semana porque les dicen que vengan en 24, 48 o 72 horas y luego le dan la fotocopia en vez de dársela antes. Hay gente que viene con capacidad reducida y lo hacen esperar en la fila, les cierran la puerta en la cara y les dicen que espere”.
Como no pudieron persuadirlas con las amenazas comenzaron a filmarlas para amedrentarlas: “somos intimidados por los empleados, siempre uno de arriba los manda. Da miedo ser filmado de la forma intimidatoria como lo están haciendo. Todo por hacer un bien agarrar el celular y tratar de conseguirle la medicación”.
Siguen firmes con la convicción de que tienen que hacer eso y juntando fuerzas ante la injusticia. Son temas, en muchos casos, de enorme urgencia que no les resuelven y, por el contrario, agravan los problemas. “Como gran situación a visibilizar es que han bajado, por boca de los adultos mayores, en los últimos meses y sin previo aviso dieron de baja medicación oncológica, cardiológica y oftalmológica. La urgencia es ayer”, finalizó.