El esperado diálogo intraafgano arranca en Doha con la petición de un alto el fuego y la exigencia de los radicales islamistas de que el país tenga en el futuro un sistema político islámico.
Las históricas negociaciones entre el gobierno afgano y los talibanes para poner fin a una guerra de 19 años empezaron este sábado en Doha, capital de Catar con la participación del jefe del Ejecutivo afgano, Abdulá Abdulá, e importantes líderes talibanes. “Hemos venido a este país para lograr una paz digna y duradera”, dijo en la inauguración del diálogo Abdulá, quien aseguró que la historia de Afganistán recordará este momento como “el fin del sufrimiento de nuestra gente”.
El jefe de Gobierno defendió que el fin de la guerra a través de un acuerdo político es una demanda “legítima” de los afganos y consideró que la población del conflictivo país ya “ha sufrido suficiente”. Agregó que no hay un ganador en el actual conflicto, por lo que llamó a establecer un sistema “islámico, constitucional e inclusivo” que preserve los derechos de todos los afganos, incluyendo a los hombres, mujeres, niños y las víctimas de la guerra.
“Una paz duradera puede allanar el camino para el retorno de millones de refugiados”, indicó sobre los muchos que han huido de la guerra en las últimas décadas, en su mayoría hacia los vecinos Pakistán (2,4 millones) e Irán (hasta 3 millones). Abdulá pidió que no se repita el fallido encuentro en 1995 entre los talibanes y el destacado asesinado comandante Ahmad Shah Masoud, quien luchó contra los soviéticos y posteriormente con los insurgentes y del que el jefe de Gobierno fue la mano derecha en su juventud.
Petición de un “alto el fuego humanitario”
El jefe de la diplomacia catarí, el jeque Mohammed ben Abderrahman Al Thani, presidió la apertura de estas negociaciones que se celebran en un gran hotel de la capital de Catar con la presencia del secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, y del enviado de Estados Unidos en Afganistán, Zalmay Khalilzad. Pompeo dijo que los talibán habían aceptado no servir de refugio para terroristas.
El negociador del gobierno afgano empezó agradeciendo a los talibanes su “voluntad de negociar”. “Hoy puedo decirles con confianza que nuestro país recordará este día como el día del fin de la guerra y el sufrimiento de nuestro pueblo”, dijo Abdullah Abdullah, un exministro afgano. Asimismo, pidió un “alto el fuego humanitario” a los talibanes. El jefe político de estos, por su parte, dijo que el Afganistán del futuro debe tener un sistema político islámico.
El jefe negociador talibán, mulá Abdul Ghani Baradar, pidió que se priorice otorgar “beneficios a todos” y no sólo a algunos sectores, y que el diálogo de paz avance con “un montón de paciencia y atención”. “Continuaremos las negociaciones de paz afganas con total honestidad”, aseveró, al abogar por un Afganistán “independiente, unido y desarrollado”, con un sistema islámico que haga que todos los ciudadanos se sientan parte de él.