El suministro de los servicios básicos en Kiev comenzó a reactivarse tras ser severamente afectado por la última ronda de bombardeos rusos contra infraestructuras vitales.
Ucrania busca restablecer la electricidad y el suministro de agua, en momentos en que las temperaturas están bajo cero y tras otro día de masivos bombardeos rusos que provocaron cortes de esos servicios básicos en todo el territorio.
La andanada de misiles desatada el viernes sumió a varias ciudades en la oscuridad, cortando el agua y la calefacción y obligando a la población a soportar un frío glacial.
El alcalde de la capital, Vitali Klitschko, dijo que la red de metro de la ciudad había vuelto a funcionar y que todos los residentes habían recuperado el suministro de agua, un día después de la última oleada de ataques aéreos rusos contra infraestructuras críticas.
También dijo que se había restablecido la calefacción en la mitad de la ciudad y la electricidad en dos tercios. Pero restablecer la energía podría tomar más tiempo en comparación con anteriores bombardeos, debido a la magnitud de los daños en el norte, centro y sur del país.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, afirmó que Kiev y otras 14 regiones quedaron afectadas por cortes de agua o de electricidad tras los ataques.
Misiles de crucero
Moscú disparó el viernes 74 misiles, principalmente de crucero, según el Ejército ucraniano, que precisó que la defensa antiaérea logró derribar 60 de ellos.
Los ataques también dejaron a oscuras a Kharkiv, la segunda ciudad ucraniana, en el noreste, pero este sábado ya se había restablecido la electricidad, según el gobernador regional, Oleg Sinegubov.
Mientras Moscú bombardeaba Ucrania, el presidente ruso, Vladimir Putin, se reunió con los altos mandos encargados de la ofensiva en ese país, según anunció el Kremlin.
“Me gustaría escuchar sus propuestas sobre nuestras acciones a corto y medio plazo”, dijo Putin en la reunión, en la que estaban presentes el ministro de Defensa, Serguei Shoigu, y el jefe del Estado Mayor ruso, Valery Gerasimov.
Después de una serie de reveses militares en el sur y noreste de Ucrania, Rusia, que lanzó su invasión a finales de febrero, optó desde octubre por una táctica de ataques masivos dirigidos contra las redes de energía.
El Ministerio de Defensa ruso afirmó que los bombardeos estaban dirigidos a las instalaciones energéticas y militares ucranianas, y que también buscaban interrumpir “la transferencia de armas y municiones de producción extranjera”.