Crímenes de Guerra en Ucrania. Qué puede hacer la ONU y la Comunidad Internacional

(Por Dr. Javier A Ruiz, Abogado y Especialista en Derecho Penal Internacional)

No encontramos a casi cuarenta días de la Invasión de Rusia a Ucrania, y nuevamente, nos encontramos con la barbarie: las fuerzas ucranianas, retomando este fin de semana el control de Kiev y sus territorios adyacentes, descubrieron una “masacre” deliberada en la ciudad de Bucha. Y cientos de cuerpos de civiles; cadáveres esparcidos en las calles, con evidentes signos de torturas previas y maniatados previamente.

A mas de las atrocidades mencionadas, nuevamente un conflicto bélico, nos pone delante de “cuerpos enterrados en fosas comunes”, cuando la historia nos recuerda que estamos a mas de 25 años de matanzas, como la ocurrida en “Sbrenica “(población de Bosnia y Herzegovina, que fue testigo de cómo las fuerzas serbobosnias masacraron a más de 8.000 hombres y niños musulmanes en una zona que, teóricamente, estaba protegida por la ONU, cuando las fuerzas serbobosnias de la autoproclamada “República de Sprska”, pretendían controlar territorios fronterizos de Bosnia y anexionarse a Serbia, sitian la población de Srebrenica, que había sido declarado en 1993 como “sitio seguro” por la ONU e hizo que miles de refugiados bosniacos -ciudadanos bosnios de religión musulmana-, se protegiesen) o la “matanza de Vukovar” (el “Stalingrado de Croacia”) en 1991, Balcanes, a manos del “Ejercito Nacional Yugoslavo” y milicias Serbias, contra los croatas. O rememorar las fosas comunes del genocidio de Ruanda, allá por 1994.

Ante las evidencias de la comisión de estos horrendos “crímenes de guerra” por parte de las tropas rusas, Reino Unido y la Unión Europea (UE) nuevamente pidieron que los responsables sean llevados ante el Tribunal Penal Internacional, quien ya inició actuaciones hace algo mas de veinte días, por genocidio y crímenes contra la humanidad. De hecho, el Fiscal estuvo personalmente en Kiev, dos semanas después de iniciados los combates.

Ataques indiscriminados contra civiles inocentes, deben ser investigados como “crímenes de guerra”. Y a esto hay que agregarle ataques sexuales a población civil. Ya las sanciones económicas, no parecen ser suficientes, para detener las acciones bélicas.

Ya la comunidad internacional, había tomado nota de abusos graves y “ejecuciones sumarias”: de hecho, Human Rights Watch ha denunciado nuevamente con evidencia, la comisión de crímenes de guerra en Kiev, Jarkov y Chernigov.

Ante este panorama, qué puede hacer la comunidad internacional:

1) La Corte Penal Internacional, podría pedir, contando con un “Informe del Secretario General de la ONU”, que el Consejo de Seguridad de la ONU, autorice a la misma Corte Penal Internacional, a intervenir específicamente por “crímenes de guerra”. Esta opción nos plantea dos dificultades: a) el Informe del secretario general, ya que tiene inmensas (y muchas veces no aprovechadas) facultades y en casos de emergencia, podría pedir a la Asamblea General, que adopte medidas que, de realizarlas el Consejo de Seguridad, serian vetadas: Rusia mantiene su poder de veto, pero necesitaría contar con una actividad mas expeditiva del portuges Antonio Gutiérrez, Secretario General de ONU.

Ya sus antecesores, Boutros Ghali (con su “Programa para la Paz”, y recordemos sus iniciativas para Balcanes) y Kofi Annan (con su “doctrina sobre la Intervención” humanitaria en aras del “Principio de la Responsabilidad de Proteger”), demostraron estar a la altura de las circunstancias.

  • La Corte Penal Internacional, también podría convocar por “razones urgentes”, a la “Asamblea de Estados Parte”, órgano parlamentario, para que trate específicamente el Delito de Agresión, y exima a la misma Corte, de ciertos extremos legales para acreditar en el caso de la invasión a Ucrania, y así poder facilitar de manera expedita, la acusación a Rusia por delito de Agresión: esto llevaría a mayor presión internacional sobre el régimen de Putin.

2) La ONU, podría autorizar una “Fuerza de Establecimiento de la Paz” para Ucrania. Ya lo hizo en 1993 en los Balcanes y en 1999, en Pristina, Kosovo. Ambos casos de urgencia. Es hora de poner en marcha el llamado “force enforcement”, por contraposición a las “Fuerzas de Mantenimiento de la Paz” ( “Peace Keeping”).

Tengamos en cuenta el siguiente aspecto: las operaciones de mantenimiento de la paz fueron concebidas para resguardar lo que a través de los últimos siglos ha sido principal objeto de la seguridad internacional: preservar la integridad territorial y la soberanía de los Estados.

Sin embargo las nuevas realidades que plantea la vida internacional no han dejado de impactar sobre la cuestión del mantenimiento de la paz y la seguridad entre los Estados.

Una alternativa, entre el “Establecimiento” y el “mantenimiento” de la paz, seria buscar los puntos de referencia en el informe ” Un Programa para la Paz ” del entonces Secretario General ONU -Bouthros Ghali- presentado en Junio de 1992, donde además de las fuerzas de mantenimiento de la paz propuso la creación de:

● Fuerzas de despliegue preventivo, que superen el actual sistema de despliegue posterior a los hechos. No consistirían solamente en fuerzas militares, sino también en ayuda humanitaria imparcial, conciliación, presencia policial, etc. Siempre a petición del Estado afectado.
● Fuerza militar, para lograr así su fácil y rápida disponibilidad.
● Unidades de resguardo de la paz, formadas como medida provisional a tenor del art.40, actuando bajo mandato del SG; deberían estar armadas y tener la facultad de reaccionar ante las agresiones, para mantener el cese de fuego establecido.
● Fuerzas de consolidación de la paz, cuya misión va más allá de lo militar, pues se trata de asegurar la paz mediante el desarrollo de instituciones y de infraestructura. Por ello están constituidas tanto por componentes militares, como policiales y civiles.

Podemos decir que nos encontramos en un estado de flexibilización de las operaciones de paz de las Naciones Unidas. Y el caso de Ucrania lo amerita. Y la urgencia, también.

3) La Unión Europea (UE): una de las novedades que nos trajo la “nueva” política exterior europea, es el Plan denominado la “Brújula Estratégica 2022”, presentado hace unos días.

En el mismo, se notan notables avances en materia de Seguridad y Defensa: colaboración en la llamada “PESCO” (“Política Exterior y Seguridad Común”), contempla un “Fondo Europeo de Defensa” y menciona la “autonomía estratégica”.

Y se incorpora una “Fuerza europea con capacidad de despliegue rápido”. Esto ultimo, que fue lo mas difícil de consensuar entre los Estados Miembros, a la vez podría ser uno de los primeros elementos a utilizar. Y se menciona como una “respuesta integrada” a sanciones de determinados países, cuestión de refugiados, ayuda humanitaria y colaboración con la OTAN.

Fue el resultado de negociaciones de los últimos quince años, pensando en abarcar la lucha contra el terrorismo, cuestiones de pandemias y guerras de separatistas.

Perfectamente, la UE estará en condiciones de brindar una respuesta militar rápida, a situaciones generadas como la de los crímenes de guerra en Ucrania.

Y cualquiera que sea la via que se elija o la comunidad internacional tome, todas generaran nuevas realidad o problemas.

La cuestión es saber que nos encontramos ante algo nuevo; los organismos internacionales tienen que estar a la altura de las circunstancias, y tener en claro que la invasión a Ucrania, hay que frenarla. Y que enfrente se encuentra Rusia.

Soluciones que seguro desembocaran en nuevos paradigmas jurídico-politicos, pero van desde a eliminar el derecho de veto del Consejo de Seguridad, a la prioridad por casos de violaciones de derechos humanos en casos de conflictos armados. Toma nota de esto, el derecho internacional de los conflictos armados.

Mas allá de todo, los llamados “hosti humani generis” ( los delitos que afectan a a la comunidad internacional ) atañen a todos.