POL-KA – productora de Suar – inscribió como propias una palabra y una consigna instaladas en la sociedad a fuerza de militancia del movimiento de mujeres. Aseguran que son nombres alternativos de una serie sobre casos reales pero que actualmente su producción está en Stand-by.
La militancia feminista argentina tiene innumerable cantidad de consignas, que se multiplican en los carteles de cada una de las movilizaciones. #NiUnaMenos, por ejemplo, surgió como reacción ante el femicidio de Lola Chomnalez. Fue el nombre de una convocatoria de lectura en los jardines de la Biblioteca Nacional y luego terminó como lema de la masiva movilización del 3 de junio de 2015 por el femicidio de Chiara Páez. A partir de allí, se erigió como el nombre de un colectivo y de un movimiento con demandas a todos los poderes del Estado.
Cada una de esas demandas tiene una historia y una construcción colectiva. Por eso generó un inmediato rechazo la circulación de la inscripción, en el Registro de Marcas y a pedido de una productora audiovisual, de una consigna y un término instalados a fuerza de militancia feminista. Se trata de Pol-Ka y la solicitud de registrar como marca la palabra “Femicidios” y “No es no”.
En la base de datos del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI), que tiene el registro todas las marcas del país, figura que Pol-Ka inscribió “No es No” como marca el 6 de marzo de 2018, mientras que la solicitud por “femicidios” fue asentada el 2 de julio de 2018. En ambos casos, el registro de marca fue realizado en dos categorías diferentes, identificadas con el número 38 y 41.
“El registro de marca implica la explotación comercial de la misma. El alcance implica varía según la categoría en la que se registre. Existen 45 categorías, las primeras 35 son sobre productos y las últimas 10 son de servicio”, explicaron desde INPI a El Cronista.
La categoría 38 abarca las telecomunicaciones y la categoría 41 los servicios cuyo propósito sean la diversión y el entretenimiento de personas, incluidos los programas de radio y televisión. Todos los nombres de las series de Pol-Ka fueron registrados en el INPI con estas dos categorías, por lo que este caso particular no rompe con ninguna práctica habitual de la productora.
“El INPI suele tardar 14 meses en expedirse sobre el rechazo o la aprobación. El costo del trámite es $1700 y en caso de aprobarse, la licencia es por 10 años. Sin embargo, de acuerdo a la ley de marcas, no se pueden registrar palabras de uso cotidiano”, explicaron desde INPI.
Fuentes de Pol-Ka le dijeron a El Cronista que tanto “Femicidios” como “No es no” son los posibles nombres de uno de los proyectos que está en fase de producción. “Cuando hay una idea, el director de contenido registra los nombres. Si tenes una idea y no tenés el nombre, no podés avanzar. Es algo totalmente normal”, señalaron y aseguraron que la difusión de esta información responde a una “campaña de desprestigio”.
Desde la productora detallan que el proyecto televisivo busca relatar casos reales de femicidios, como el de María Soledad Morales o el de Wanda Taddei, aunque por ahora está en stand-by. “Se están tramitando los permisos legales y no tiene fecha de lanzamiento por el momento”, indicaron.
#NoEsNo
Las consignas de los feminismos tienen historia. Y la historia del #NoEsNo explica el motivo de la molestia de las activistas feministas con Adrián Suar, el responsable de la productora.
La primera vez que surgió con fuerza en las redes fue cuando Calu Rivero decidió publicar una carta en la que detalló los abusos cometidos por Juan Darthés cuando ambos eran compañeros de elenco en una tira llamada “Dulce Amor”.
En esa publicación, la actriz contó por qué se había callado durante cinco años, por qué había dejado la tira en la que tenía un papel protagónico y qué pasó finalmente cuando pudo contar lo que había vivido. En esa carta, publicada el 12 de diciembre de 2017, figuró por primera vez la expresión #NoEsNo.
Esa frase luego fue remera, carteles y consigna frente a la violencia sexual, al acoso, y a la inexistencia del consentimiento en las relaciones afectivas. Pero, sobre todo, una demanda e interpelación a la cultura de sometimiento ante el deseo y el poder de las masculinidades hegemónicas. Con esta consigna, escrita en una cartulina blanca, Calu Rivero marchó el 8 de marzo de 2018, en la movilización de cierre del segundo paro internacional de mujeres, lesbianas, travestis y trans.
La ironía es que, ante la denuncia de Calu Rivero, Adrián Suar había decidido mantener a Darthés en el elenco de “Simona”, una tira para adolescentes emitida por Canal 13, y había expresado que “la condena social” que vivía Darhtés “es muy dura”. Después de la denuncia de Thelma Fardin contra el mismo actor por violación, Suar aseguró que había realizado una “evaluación totalmente equivocada al contratarlo” y que “siempre” le había creído a “Calu”.