A la polémica medida dispuesta en la ciudad de Bahía Blanca, se suman nuevos interrogantes. Dos ingenieros advierten que puede haber “injusticias” al infraccionar, tanto por variables de los equipos como de los velocímetros.
Dos profesores universitarios expertos en Ingeniería Eléctrica se sumaron a la discusión por una de las medidas más controvertidas de los últimos tiempos en la ciudad: la decisión de colocar radares en las calles para el control de los límites de velocidad. Advirtieron que puede haber “injusticias” en las infracciones, teniendo en cuenta algunos aspectos técnicos de la operatoria.
“Procurar que el tránsito se mantenga dentro de velocidades acotadas es una política que favorece la salud, la seguridad, la economía y otros aspectos que hacen a la convivencia urbana de la comunidad. Para esto es positivo que se pongan en vigencia disposiciones y mecanismos que implementen condiciones, restricciones y acciones punitivas para infractores”, reconoció el ingeniero Guillermo Kalocai, profesor adjunto de la cátedra Métodos y Simulación Numérica en Ingeniería Eléctrica de la UNS. Explicó que esta conducta asume que los infractores resultan responsables por sus acciones y que, aun en conocimiento de las normativas, transgreden las disposiciones citadas.
Sin embargo, según su colega Eduardo Galliano, profesor adjunto de Medidas Eléctricas, “medir una variable –como la velocidad de un vehículo- implica usar una determinada técnica y un instrumento de medición. Siempre que medimos hay errores, del tipo sistemático e incluso del propio instrumento utilizado”.
Los expertos enfocan sus planteos y dudas en los velocímetros de los vehículos y en las características técnicas de los radares, pese a estar homologados por el INTI. “La velocidad de un automóvil siempre se mide en forma indirecta. En las viejas unidades se suele utilizar una cinta metálica o tripa retorcida y muy flexible que conecta el instrumento indicador de velocidad con alguna de las partes rotativas de la tracción del móvil. Dentro del instrumento que mide la velocidad, la rotación de la tripa del velocímetro es multiplicada, mecánica o electrónicamente, por una constante de proporcionalidad que permite determinar a cuánto se desplaza linealmente el vehículo. En las nuevas unidades, la señal de rotación se toma por lo general del sistema de frenos ABS, que en forma de pulsos va a la computadora y se lo multiplica por una constante, dando un resultado en kilómetros por hora”, agregó Galliano como detalle técnico.
Errores de hasta el 10%
Para aclarar mejor este último punto, Galliano sostuvo que “el valor de dicha constante está directamente relacionado con el diámetro de la rueda del vehículo, y es aquí donde se producen los grandes errores en la medición de la velocidad, que puede llegar a magnitudes del 10%, ya que el diámetro de la rueda depende de otras variables: si se modificó el tamaño de fábrica del rodado, de la carga del vehículo o la presión del aire dentro de las cubiertas, que no depende solo de la presión con que han sido cargados en una estación de servicio sino de la temperatura producida por la rodadura y fricción del neumático sobre el asfalto, la temperatura ambiente y otras”.
Es decir que en la medición de velocidad que dispone el conductor en su velocímetro hay errores importantes, producto de múltiples factores. “Es por ello que quien controla que los conductores no pasen dichos límites debe tener en cuenta esta situación para infraccionar adecuadamente”, advirtió el docente.