El periodista especializado en temas científicos habló en la 99.9 sobre las características del proyecto y señaló que la primera presentación se realizó en 1984: “en su momento faltaba decisión política y cuando la hubo, faltaba plata”.
El desarrollo del CAREM, es una revolución para Argentina, pero no se trata de un proyecto nuevo y además, tiene mucha competencia en la actualidad a lo largo y ancho del mundo. El periodista especializado en temas científicos, Daniel Arias hizo un repaso por la historia de este reactor en la 99.9.
En principio, advirtió que en el ambiente científico “los reactores, en tanto, son bichos de otra especie e incluso tiene otros fines. Esto lo marco porque Argentina a través de INVAP se transformó en los últimos 20 años en el principal exportador de reactores”.
El desarrollo de un proyecto de estas características habitualmente lleva muchos años y dinero, pero en la Argentina, las características políticas también colaboraron para la demora: “nunca desarrollamos una central propia, es un sueño que hay desde la década del 60. En su momento faltaba decisión política y cuando la hubo, faltaba plata. La decisión final se toma en 2011, pero es una obra que se presentó en Perú en 1984 en el contexto de un congreso. En el propio ámbito nuclear había resistencia porque era una central muy pequeña que alcanzaría entre 25 y 150 mega batios”.
En cuanto a las características particulares, explicó que “la refrigeración del núcleo se garantiza por un principio de la naturaleza. Otra de las cosas que en las centrales puede ser un accidente es que se rompa un caño del circuito primario que están sometido a una presión muy alta. En el CAREM todo el circuito primario que refrigera el núcleo está compactado y encerrado dentro de una olla de presión de un grosor y una fortaleza considerable”.
Esta tecnología, cuando fue presentado el proyecto era absolutamente innovadora, pero ahora ya se ha replicado en distintos países del mundo que tienen la disponibilidad económica y la decisión política para llevarlo adelante: “es una nueva filosofía de diseño que no es nada barato, pero es un reactor que entrando en cualquier emergencia, se puede mantener 72 horas sólo sin operadores para estabilizarlo. Lo increíble es que se haya discutido durante tanto tiempo sin poner manos a la obra. La obra estará terminada, al ritmo que va, dentro de varios años. Antes estábamos sólos y ahora hay 19 proyectos que compiten en el mundo”, finalizó.