La referente de Usina de Justicia brindó su opinión en la 99.9 sobre el crimen de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell y advirtió sobre un proceso que también se da dentro de la justicia: “la víctima va desapareciendo y su lugar lo ocupa el victimario”, dijo.
Luego de un tiempo, los temas en Argentina van sumiendose en el olvido, empiezan a ocupar menos espacio en los medios, hasta que definitivamente. En ese proceso, hay una intención ideológica preocupante que expresó a través de la 99.9 una de las máximas referentes de Usina de Justicia, la filosofa Diana Cohen Agrest.
“Es un tema problemático en más de un sentido. Hay una violencia inusitada en los jóvenes en general, rugbiers o no, alentados por la droga, el alcohol, la ausencia de límites y de familia. Va mucho más allá del rubgy. Me llama la atención que en los últimos días, se ha estado desplazando la atención del chico muerto que es el hecho más grave que hay acá”, explicó.
Lo que denuncia, también sucede dentro de Tribunales y supone el mayor peligro de los procesos penales: “se desplazó todo a los rugbiers y en segundo lugar a los padres de los rugbiers. Ahí desaparece la figura de la verdadera víctima. Después desaparece la figura de los culpables a los padres con alusiones tales como, están destrozados, están llevando comida a sus hijos o que están arrepentidos de no cuidarlos. Es un proceso que también se da en la justicia penal y la víctima va desapareciendo y su lugar lo ocupa el victimario”.
De a poco se empieza a tener compasión de aquellos que dieron una muerte violenta a Fernando Báez Sosa y el proceso se repite, olvidando inmediatamente lo que pasó: “en cuanto entran al sistema judicial, dejan de ser asesinos y es alguien a reinsertar. La persona que está cumpliendo la pena, no sólo tiene que ser reinsertado, tiene que cumplir una pena porque no importa sólo lo que va a venir, sino lo que ya hizo”.
Cohen Agrest también plantea una diferencia discursiva que tiene que ver con lo que la política indica dentro de la justicia: “acá nadie habla de rehabilitación, sino de reinserción, lo que quieren hacer es largarlos cuanto antes a la calle. Un violador no se rehabilitó y lo tratan de reinsertar. El fin primario de la pena es pagar una culpa, un daño. Si no pago la luz, al día siguiente me la cortan, me castigan. Nos pasamos la vida pagando penas, pero cuando alguien mata el estado se pone al servicio de ese sujeto para que salga lo antes posible”, dijo.
Por otro lado, se refirió a las comparaciones constantes con sistemas judiciales que funcionan muy bien en países europeos, pero la manera de castigar a quien comete delitos es completamente distinta también: “vivimos en una sociedad donde cada uno hace lo que quiere porque no hay responsabilidad sobre los otros. Tanto se habla de las cárceles de Holanda, que se cierran penales, pero en Holanda cuando alguien mata a otra persona, queda preso de por vida, no hay salida provisoria que valga. Si alguien quiere matar, lo piensa dos veces sabiendo que se quedará el resto de su vida encerrado”, finalizó.