La filósofa habló sobre el funcionamiento del sistema judicial que favorece a los delincuentes y del cambio social que promueve la violencia y los delitos. “La cultura judicial está totalmente desvirtuada y viciada, sumió a la comunidad en un estado de indefensión”, manifestó.
Diana Cohen Agrest, filósofa, dialogó con la F.M. 99.9 sobre los problemas que enfrenta el sistema judicial para enfrentar la creciente cantidad de delitos y sobre cómo la sociedad argentina no tiene forma de hacerle frente a la delincuencia, lo que aumenta los niveles de inseguridad. “El delito aumentó 10 veces en los últimos años, no podemos adherirnos a convenciones internacionales que no protegen la vida humana, sólo protegen los derechos de los delincuentes”, lamentó.
En cuanto a los motivos que llevan al país a dicha situación dijo: “La cultura judicial está totalmente desvirtuada y viciada, sumió a la comunidad en un estado de indefensión. El derecho penal, a través de una serie de falacias, construye una sociedad que está al servicio de los derechos humanos de los delincuentes y no de la sociedad a la que debería proteger”. Más allá del sistema público, aseguró que esta es un problemática general: “Los padres increpan a los maestros cuando ponen una baja nota, los cirujanos operan bajo punta de pistola. Parecería ser que los que sostienen la comunidad acá son agredidos, es un orden invertido, es un orden perverso”.
“La justicia se vale de ciertos slogans para no cumplir con su deber. Como por ejemplo, la presunción de inocencia que se puede discutir, cuando hay cámaras no se puede seguir hablando de presunción de inocencia. En Argentina no cae nunca incluso ante pruebas claras como ADN o filmaciones”, explicó.
Acerca del funcionamiento judicial afirmó: “en Argentina hay presos que siendo culpables apelan una y otra vez, llegan a verlo 5 fiscales y 15 jueces, los juicios no terminan más. Esto es gravísimo, lleva al hacinamiento en las cárceles porque la gente pasa años en la cárcel sin condena por tantas apelaciones. Otra cosa que pasa es que cuando alguien comete múltiples delitos cada vez tiene menos pena en relación a cada uno de ellos, porque las penas son acumulativas”.
Luego, indignada, comentó que “todos los que estudian derecho en la cárcel salen y atienden a otros delincuentes. Obviamente transmiten todas las mañas que aprendieron con el derecho y las aprendidas en la cárcel. Esto pasa sólo en nuestro país”. Cerró asegurando que “con bajar de 16 a 15 la edad de imputabilidad no se logra nada, es una cuestión arbitraria, se baja un año porque no pueden negociar mucho más con los legisladores. Pero así como se valen hoy de niños de 15 años para el delito, más adelante van a empezar a buscar menores más chicos”.