Advirtió que, si es necesario, reforzará las fuerzas federales con el apoyo de militares durante el Mundial.
Mientras en el Congreso de Brasil se analiza el endurecimiento de leyes para frenar los actos de violencia en las esperadas protestas durante el Mundial de Fútbol, la presidenta Dilma Rousseff advirtió ayer que podría incluso ordenar el despliegue de militares.
“El gobierno está en sintonía con los Estados para que podamos actuar en forma conjunta y sincronizada. La Policía Federal, la Fuerza Nacional de Seguridad Pública, la Policía Rodoviaria, en fin, todos los órganos del gobierno federal están listos, orientados para actuar dentro de sus competencias. Y si fuera necesario, movilizaremos también a las fuerzas armadas”, resaltó la mandataria en declaraciones radiales.
Rousseff respaldó el derecho de las personas que se manifiestan pacíficamente, como las grandes multitudes que salieron a las calles en junio pasado en reclamo de mejores servicios públicos y para quejarse por el despilfarro de dinero en los estadios para la Copa de Confederaciones, el año pasado, y el Mundial, que se celebrará entre el 12 de junio y el 13 de julio.
Pero condenó con dureza la violencia ejercida por pequeños grupos, como los anarquistas Black Blocs, que desde entonces se apoderaron de las protestas, protagonizaron fuertes choques con la policía, causaron destrozos y, hace dos semanas, provocaron la muerte de un camarógrafo televisivo al arrojar una bengala que le estalló al lado de la cabeza.
Justamente por estos episodios, mucha gente se alejó de las marchas. Una encuesta de la firma MDA divulgada esta semana reflejó que el 85,4% de los brasileños cree que habrá protestas durante el Mundial, aunque el 83 % dijo que no participará de ellas.
“Defiendo todas las manifestaciones democráticas. Demócratas son aquellos que defienden pacíficamente su derecho y su libertad de exigir cambios. Son demócratas aquellos que luchan por más calidad de vida, los que defienden con pasión sus ideas, que son la gran mayoría de los manifestantes”, dijo Rousseff, que sin embargo en su juventud fue miembro de una guerrilla que luchaba contra la dictadura.
“Las personas que usan la violencia, que esconden su rostro para manifestarse, no son demócratas. Las personas que matan, que hieren, que destruyen el patrimonio público, son criminales y deben ser tratadas como tales. Es necesario reforzar la ley y aplicar la Constitución. La Constitución garantiza la liberad de manifestación, de expresión del pensamiento, pero prohíbe el anonimato. Entonces, estamos trabajando en una legislación para cohibir toda forma de violencia en las manifestaciones. Lamentablemente, la violencia ya llevó a una cosa terrible, que fue la muerte de un padre de familia”, recordó la presidenta, en referencia al fallecido camarógrafo del canal Bandeirantes Santiago Andrade.
También aclaró que el gobierno y los legisladores están confeccionando un protocolo de actuación para la policía militar, ya que fueron blanco de muchas críticas por el uso excesivo de la fuerza para reprimir a los grupos violentos y evitar desmanes de los manifestantes.