España, impulsora de la justicia universal, se niega a la norma cuando se trata de sus ciudadanos.
La Fiscalía de la Audiencia Nacional abrió la puerta a la posibilidad de que el capitán de la Guardia Civil, Jesús Muñecas, sea juzgado en España. El fiscal Pedro Martínez Torrijos planteó que, en caso de que el Estado argentino presente una denuncia, la causa podría ser juzgada en Azpeitía (cabeza del partido judicial al que corresponde la localidad de Zarautz, Guipúzcoa), donde se cometieron las presuntas torturas. Según expuso el funcionario en la vista sobre la extradición, esta opción “daría a las víctimas la posibilidad de acceder a un procedimiento, ser oídos ante un tribunal español por los hechos cometidos durante la dictadura y, de alguna manera, satisfacer el deseo de justicia que les ha llevado a presentar la querella”.
No obstante, y pese a la propuesta, el fiscal afirmó que los hechos de los que se le acusa, torturar al miembro de ETA ya fallecido Andoni Arrizabalaga en el cuartel de Zarautz entre 1968 y 1969, en aplicación de la legislación española, “habrían prescrito con generosidad”. Martínez Torrijos mantuvo su oposición a la entrega del ex capitán y recordó que el convenio de extradición con el país sudamericano contempla que no se entregará nacionales cuando haya tribunales nacionales competentes para juzgarles.
La abogada de las víctimas, Ana Messuti, valoró favorablemente la opción abierta por el fiscal siguiendo el principio de derecho internacional de “o lo entregas, o lo juzgas”. “Por lo menos se ha reconocido esa vía”, dijo.
“Me opongo a la extradición”, contestó Muñecas, con voz grave a la pregunta formulada por el presidente del tribunal, Alfonso Guevara. “Nunca conocí al señor”, alcanzó a decir, aunque el juez no le dejó acabar la frase ya que no se trataba de juzgar el caso sino de tramitar la petición de extradición formulada por la juez argentina María Servini, que le imputa torturas durante el régimen, al igual que al ex policía Juan Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño.
Ante de comenzar la vista, el abogado de Muñecas se opuso a que fuera grabada por “razones de seguridad”, pero su petición fue rechazada por Guevara.