“La Corte rusa ordenó que cumplan dos meses de prisión”

Esta mañana en la 99.9, Mauro Fernández, miembro de Greenpeace, informó cuál es la situación de los 30 tripulantes del Artic Sunrise detenidos en Rusia. “Hasta el momento, la información es que por orden de la Corte rusa los 30 tripulantes deben cumplir dos meses de prisión preventiva, más allá de que aún no se ha presentado ningún cargo en su contra”, anticipó.

Esta mañana, en el aire de la 99.9, el activista de Greenpeace, Mauro Fernández, explicó qué ocurre con los dos argentinos detenidos en Rusia. En principio, señaló que el artículo 227 del Código Penal ruso define la piratería como un acto violento ejercido contra un barco para robar mercadería. Está más que claro que la actividad de Greenpeace se centró en una plataforma petrolera y no en un barco y que, obviamente, las acciones no tenían ningún fin de robo o hurto sino de denuncia por el grave crimen ambiental que se promueve en el Ártico. Y por supuesto, no se trató de actividades violentas. De hecho, hace 40 años Greenpeace trabaja de manera pacífica. Por todos estos motivos, Fernández aseguró que los cargos son absurdos, y destacó: “creemos que es un intento de intimidar a Greenpeace por denunciar los crímenes ambientales que cometen estas petroleras y esta gran amenaza que representa el ingreso de las petroleras al Ártico

De todas maneras, aseguró que seguirán trabajando y denunciando. Aunque, hoy, la prioridad es garantizar la libertad de los detenidos. Si bien el presidente Putin declaró que los detenidos no cometieron piratería, el Poder Judicial ruso mantiene el tono de la acusación. Desde Argentina, Cancillería se está ocupando del tema que ha cobrado relevancia a nivel internacional. “Hay más de 600 mil correos a los embajadores rusos en el mundo y esperamos que este tema, que depende de la justicia rusa, se solucione rápido. Hay 30 personas que estaban realizando una actividad pacífica para denunciar un gran crimen ambiental, enjauladas como si fueran criminales”, agregó Fernández.

Greenpeace tiene por delante una ardua tarea en relación a la explotación de yacimientos no convencionales, como ocurre en el Ártico y en nuestro país, en Vaca Muerta. Fernández se mostró muy preocupado a la hora de tocar este tema: “hoy por hoy, Vaca Muerta y el Ártico son dos fuentes de extracción de petróleo no convencionales. Se abren estas vías porque el petróleo se está acabando, el gas se está acabando, los combustibles fósiles llegaron a un techo. Se estima que después de 2050 no habrá más petróleo ni gas de yacimientos convencionales, por eso la industria petrolera, que tiene un lobby impresionante, está buscando la oportunidad de sobrevivir. Vaca Muerta o los recursos no convencionales de otras zonas van atados a este intento de supervivencia por parte de la industria petrolera, como ir por las últimas gotas de petróleo que quedan en el Ártico. Buscan en el fondo del tarro lo que ya no debería sacarse porque, ¿qué pasa con los cambios climáticos y la íntima relación que tienen con quemar petróleo , quemar carbón o quemar gas? Se generan eventos climáticos cada vez más extremos y más frecuentes, como inundaciones y sequías. Las megatormentas que se están viendo, los huracanes, el aumento del nivel del mar, etc.”.

Por último, se refirió al grupo IPTT que reúne a expertos de las Naciones Unidas en cambio climático y que recibió el premio Nobel de la Paz en 2007. Al respecto, Fernández comentó que el último viernes, mientras nuestros activistas se despertaban en una celda por haber tratado de frenar a las petroleras, este grupo de expertos publicó el primer capítulo de su quinto informe de evaluación, dejando en claro más que nunca que el cambio climático es responsabilidad de la quema de combustibles fósiles y que es preciso actuar de inmediato: “la única ventana que tenemos para frenar un cambio catastrófico es que las emisiones producidas por la quema de combustibles fósiles lleguen a su techo en 2020 y comiencen a decrecer rápidamente, para llegar a cero en 2070. Esto supone dejar combustible bajo tierra y no sacar todo lo que hay, porque vamos a enfrentarnos a un cambio climático irreversible”.