EE.UU. renueva su embestida contra Huawei con una nueva denuncia: de qué se trata

Estados Unidos presentó una nueva denuncia contra el gigante chino de las telecomunicaciones. Entre otras cosas, lo acusa de robar secretos comerciales y de trabajar con Irán y Corea del Norte.

Fiscales estadounidenses presentaron una nueva denuncia contra la el gigante chino Huawei, reavivando la batalla por el 5G entre EE.UU. y la compañía china, el mayor fabricante de equipos de telecomunicaciones del mundo. Desde la empresa respondieron que la acusación es un chantaje y es “parte de un intento de dañar irrevocablemente la reputación de Huawei y sus negocios por razones relacionadas con la competencia y no con la aplicación de la ley”.

Estados Unidos acusa a Huawei por crimen organizado, robar secretos comerciales de seis compañías norteamericanas y trabajar con países sancionados por los EE.UU. como Irán y Corea del Norte. La demanda sustituye a la que se abrió en enero de 2019 en un tribunal federal de Nueva York.

Según EE.UU., Huawei instaló en Irán equipos de vigilancia que se utilizaron para vigilar, identificar y detener a los manifestantes durante las manifestaciones antigubernamentales de 2009 en Teherán; e informó falsamente a los bancos que no tenía negocios en Corea del Norte.

Con respecto al robo de secretos comerciales, no se especifica a las compañías perjudicadas pero según el diario The Wall Street Journal (que aparece mencionado en el texto de la denuncia) algunas de las involucradas serían Cysco Technologies, Motorola y T-Mobile.

Por ejemplo, en 2000 una empresa de California denunció a Huawei y a su subsidiaria, Futurewei Technologies, por apropiarse indebidamente del código fuente del sistema operativo de routers (es decir, los comandos que utilizan los routers para comunicarse entre sí) y después venderlos en EE.UU. como una versión más económica de los productos originales. Si bien la compañía no fue nombrada, en 2003 Cysco Systems presentó una denuncia en un tribunal de Texas por violación de copyright en relación a unos routers, informó la agencia Reuters.

También se la acusa a Huawei de contratar a empleados de otras empresas, tratando de obtener propiedad intelectual de esas empresas y de utilizar profesores de instituciones de investigación para obtener tecnología.

Consultado sobre las acusaciones, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Geng Shuang, instó a los EE.UU. a dejar de oprimir a las empresas chinas sin motivo. Según Geng, EE.UU. “ha estado haciendo un mal uso de su poder nacional para oprimir a las empresas chinas sin pruebas de irregularidades”, y dijo que “esa práctica es vergonzosa e inmoral”.

Meng Wanzhou, directora financiera de Huawei e hija del fundador de la compañía, fue arrestada en diciembre de 2018 en Canadá por los cargos vinculados a la primera demanda de EE.UU., un hecho que escandalizó al gobierno China (que vigila de cerca la situación) y enfrió las relaciones entre Toronto y Beijing. Huawei se declaró inocente en esa acusación por fraude bancario y telegráfico, obstrucción de la Justicia y violación de las sanciones impuestas contra Irán.

Actualmente, Meng está en prisión domiciliaria a la espera de la decisión de que la Justicia defina si la extradita o no a los EE.UU. No hay nuevos cargos contra Meng en la acusación sustitutiva.

Desde hace varios meses, EE.UU. ha lanzado una campaña global presionando a varios países –Francia y el Reino Unido son algunos de los últimos casos– para impedir el ingreso de Huawei a sus redes 5G ya que la compañía podría usar los equipos para espiar, según afirma Washington.

En mayo, el Departamento del Comercio incluyó a la empresa de telecomunicaciones en su lista negra, alegando cuestiones de seguridad y prohibiéndole a los proveedores de EE.UU. la venta de piezas y componentes a la empresa. El jueves, no obstante, el organismo anunció la extensión de una licencia general temporal por 45 días que permite a las empresas estadounidenses seguir haciendo negocios con Huawei. El movimiento tiene como objetivo mantener el equipo existente y permitir a los proveedores en las comunidades rurales más tiempo para encontrar alternativas a las redes de la compañía.