El autor danés detrás de las caricaturas de Mahoma publica un Corán ilustrado

El escritor danés Kåre Bluitgen, cuya obra originó hace exactamente 15 años la publicación de las caricaturas danesas de Mahoma; el hombre que, sin quererlo, desató una tormenta que todavía hoy resuena, publica un segundo Corán ilustrado y afirma que no piensa ceder.

“Empecé un libro para que los jóvenes daneses puedan conocer mejor la segunda religión más importante de su país y, al final, más de doscientas personas ha muerto por eso”, resume, de forma vertiginosa y trágica, en una entrevista con la AFP.

En el verano de 2005, el escritor danés, simpatizante de la izquierda radical, publicó un anuncio diciendo que le costaba encontrar un ilustrador que dibujara a Mahoma para un libro juvenil que había escrito sobre el fundador del islam.

Felmming Rose, en aquel entonces redactor jefe de las páginas culturales del Jyllands-Posten, el gran diario conservador del país, se tomó el anunció al pie de la letra e invitó a los ilustradores daneses a participar en un concurso de dibujo en el que podían representar a Mahoma como mejor consideraran.

“El diario quería ver si yo mentía o no cuando dije que era difícil encontrar un ilustrador. No me creían”, recuerda el escritor.

Doce dibujantes respondieron al llamado del diario y sus dibujos fueron publicados el 30 de septiembre de 2005 bajo el título “El rostro de Mahoma”.

La mayoría son anodinos o de carácter humorístico. Los más controvertidos muestran a un hombre barbudo con los ojos tapados por una franja negra y rodeado de dos mujeres con niqab, y a un profeta con una bomba en el lugar del turbante.

“Sabía que esto enfadaría a algunos extremistas, como Al Qaida, pero no podía creer que esto provocaría una crisis mundial”, declara Blutigen, que no llegó a utilizar ningún dibujo para su libro, si bien al final encontró un ilustrador, que prefirió permanecer en el anonimato.

En un primer momento, las caricaturas pasaron casi desapercibidas pero dos semanas después dieron lugar a una manifestación en Copenhague y a una protesta de los embajadores de los países musulmanes en Dinamarca.

La ira derivó en una oleada de violencia anti-Dinamarca en el mundo musulmán en febrero de 2006. Esta culminó, casi diez años después, con la matanza efectuada en la sede parisina del semanario satírico Charlie Hebdo, que había publicado los dibujos.

Este viernes, en el exterior de los antiguos locales del semanario, se produjo otro ataque que dejó dos heridos por arma blanca. El sospecho quería apuntar contra “Charlie” para vengarse por la reciente republicación de los dibujos.

Ningún arrepentimiento

Amenazados, muchos protagonistas daneses continúan viviendo bajo protección policial, como Flemming Rose, que está constantemente acompañado de sus escoltas para poder “vivir como quiera”.

Para el exredactor jefe, se trataba de un ejercicio periodístico destinado a mostrar hasta qué punto se impone la autocensura a la hora de dibujar a Mahoma.

“Hoy, mi decisión sigue teniendo sentido. Se corresponde con mis valores”, señala. “Por ello, no me arrepiento”.

Dinamarca fue el primer país del mundo en abolir la censura, en 1770, y hoy en día ocupa uno de los primeros puestos en las clasificaciones mundiales de Estados en relación al grado de libertad de expresión.

Pero algunos de los 12 caricaturistas -la mayoría de los cuales no habla públicamente- admiten que su actitud ha cambiado desde aquel suceso, que uno de ellos, Lars Refn, califica de “pesadilla”.

“Me lo pienso dos veces para no ser demasiado provocador e intento ser un poco más sutil”, explica Bob Katzenelson, uno de los pocos que sigue dando entrevistas.

“El caso de las caricaturas no ha sido olvidado en los círculos islamistas militantes”, afirmaron en un informe de marzo los servicios de inteligencia daneses (PET).

La policía desbarató varios proyectos de atentado contra el Jyllands-Posten, que se disculpó por haber herido los sentimientos religiosos de los musulmanes. Kurt Wastergaard, que dibujó al profeta con un turbante explosivo, sigue con vida gracias a una puerta blindada, que lo protegió cuando un atacante fue a su casa armado con un hacha.

Por su parte, Kåre Bluitgen, publica este 30 de septiembre, en el aniversario de la difusión de las caricaturas, un nuevo Corán ilustrado.

“Es importante tener ilustraciones en los libros sobre el profeta […] pues en Europa es tradición que los libros infantiles complicados estén ilustrados. No podemos renunciar a ello”, defiende el autor.

Lars Refn sigue dibujando promueve la sensibilización de los grandes problemas sociales en sus viñetas, a través de la asociación “Cartooning for Peace”.

Así “entendemos mejor que hacer bromas con un dibujo, o sea, con una caricatura, es una forma hermosa de mantener viva la democracia”, explica a la AFP.