Cree que la “conducta imprudente y gravemente negligente” de la dueña y la operadora del Dali “condujo a esta catástrofe completamente evitable”.
El Departamento de Justicia de EEUU ha presentado una demanda contra Grace Ocean y Synergy, propietaria y operadora del buque que chocó contra el puente de Baltimore en marzo, reclamando más de 100 millones de dólares, lo que costó la respuesta. La demanda también solicita daños punitivos contra estas entidades, al considerar que “obtuvieron beneficios al realizar negocios en los puertos estadounidenses mediante una conducta imprudente y gravemente negligente que condujo a esta catástrofe”.
El choque, que provocó el hundimiento casi inmediato de parte del puente Francis Scott Key y su total inhabilitación, “está claro que era completamente evitable”, dice el Departamento de Justicia. La investigación sigue abierta, pero los documentos que acompañan a la denuncia indican que no se trató de un mero error, humano o mecánico, sino negligencia. “Los sistemas eléctricos y mecánicos del DALI estaban configurados y mantenidos incorrectamente, violando las normas de seguridad. Estas configuraciones provocaron que el barco se quedara sin energía, lo que provocó posteriores errores mecánicos que culminaron con el impacto contra uno de los pilares del puente Francis Scott Key y provocaron el derrumbe en el canal Fort McHenry”, se puede leer.
La tesis de los investigadores es que por culpa de esa falta de mantenimiento y unas condiciones insuficientes para navegar, el barco se quedó sin energía en la sala de máquinas debido a problemas de vibración excesiva con los transformadores. “La evidencia muestra que la vibración excesiva era un problema de larga data en el barco, que Grace Ocean y Synergy intentaron remediar con reparaciones improvisadas posteriores al mercado que no cumplían con los estándares apropiados”, explican los peritos del gobierno. “Cuando este transformador falló, la energía debería haberse transferido automáticamente a otro transformador casi de inmediato. Pero esta automatización se había desactivado imprudentemente, lo que provocó una demora excesiva en recuperar la energía. Luego, el generador de emergencia del barco también falló. Incluso cuando la tripulación finalmente logró recuperar la energía, el DALI se quedó sin energía por segunda vez, probablemente porque el barco había estado utilizando una bomba de combustible temporal inadecuada que no pudo volver a encenderse después de un apagón. Este fue otro requisito legal de seguridad que el DALI no cumplió, con el fin de reducir costos y ahorrar tiempo”, añaden de forma demoledora.
Como no se pudo restablecer la electricidad, no había forma de dirigir el barco. Y los problemas con el ancla y el propulsor de proa frustraron también los últimos esfuerzos de emergencia para evitar el desastre. “Grace Ocean y Synergy decidieron imprudentemente enviar un buque no apto para navegar por una vía fluvial crítica e ignoraron los riesgos para las vidas estadounidenses y la infraestructura del país”, concluye el informe provisional.
Por eso, EEUU reclama a las empresas que cubran los costes relacionados. Empezando por el remolcado del buque y la retirada de los restos del canal de Fort McHenry para restablecer el acceso al puerto de Baltimore. Y siguiendo con los derivados de los esfuerzos para minimizar los daños medioambientales ante un posible vertido de petróleo. “solicitamos una indemnización punitiva para disuadir a Grace Ocean y Synergy —y a otros propietarios y operadores de buques— de priorizar las ganancias por sobre la seguridad y, por lo tanto, poner en peligro las vías fluviales y el bienestar de los estadounidenses. Y impugnaremos enérgicamente los esfuerzos de Grace Ocean y Synergy por limitar su responsabilidad a la lamentablemente inadecuada cantidad de 44 millones de dólares, que no encuentra respaldo legal en estas circunstancias”, zanja la denuncia enviada hoy.