Publica en sus redes un cartel con los datos en el que desvincula de una dependencia orgánica de los autores de la masacre de Moscú, “unos profesionales”, dice, aunque admite que la banda fue la autora.
El aparato mediático del Estado Islámico (Isis, Daesh), el llamado “cibercalifato”, ha aprovechado la reciente matanza perpetrada en las cercanías de Moscú, para difundir un cartel con su particular ranking de los peores atentados en los que, según detallas, lograron mediante el uso de armas, bombas incendiarias y cuchillos, asesinar a 500 “cristianos” y herir a otros 5.500. Incluyen en el segundo puesto el cometido, en octubre de 2017, en la ciudad estadounidense de Las Vegas, atentado perpetrado por un yihadista, pero cuya autoría terrorista las autoridades federales negaron por no haberlo podido acreditar.
Si algo tienen los terroristas, dentro de su terrible maldad, es que cuando algo les sale según sus planes dicen la verdad. Otra cosa es cuando fracasan, en que suelen inventarse rocambolescas ideas o, simplemente, guardan silencio.
El gráfico lo encabezan los atentados de Sri Lanka, en pleno domingo de Pascua, con una serie de ataques con explosivos en tres templos cristianos y cinco hoteles de lujo en varias ciudades de ese país asiático el 21 de abril de 2019. 269 personas fallecidas y más de 500 heridas. Isis habla de 1.000.
En este siniestro ranking, figura como segundo el atentado de Las Vegas, con 600 muertos o heridos. Se trató de un tiroteo en un concierto 58 muertos y más de 500 heridos, uno de los más mortales en la historia de Estados Unidos. Un hombre abrió fuego la noche del domingo. Identificado como Stephen Paddock, de 64 años, comenzó a disparar desde el piso 32 del hotel Mandalay Bay. El hotel está casi enfrente de un espacio abierto en donde se llevaba a cabo un concierto de música country al que asistían unas 22.000 de personas. El Estado Islámico reivindicó el atentado sin ofrecer pruebas: “El atacante de Las Vegas se convirtió al Islam hace unos meses”, dijo el grupo en un comunicado. Sin embargo, el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), dijo que no había encontrado relación entre Paddock y organizaciones extremistas.
En tercer lugar, figuran los atentados de Bruselas en 2016. Dos ataques terroristas el 22 de marzo en el aeropuerto y la red de metro de la capital belga en los que murieron 35 personas y 340 resultaron herida. Los terroristas hablan de 300 víctimas.
Sigue, también con 300 muertos y heridos, el atropello masivo de Niza. El atentado tuvo lugar el 14 de julio de 2016, cuando Mohamed Lahouaiej Bouhlel, un residente tunecino en Francia, condujo un camión a toda velocidad por el Paseo de los ingleses. 458 heridos y 87 muertos, incluido el yihadista.
El siguiente es el ya conocido perpetrado días pasados en Rusia y, a continuación, los de París. Hablan de 200 víctimas. Se produjeron en la noche del viernes 13 de noviembre de 2015 en la capital francesa y su suburbio de Saint-Denis, perpetrados por atacantes suicidas islamistas en los que murieron 130 personas y otras 415 resultaron heridas.
Cierra la lista el atentado contra una discoteca gay de Orlando, con 100 víctimas. La masacre de la discoteca Pulse fue un tiroteo ocurrido el 12 de junio de 2016, en donde 49 personas murieron y 53 resultaron heridas. El autor del atentado, Omar Mir Seddique Mateen, falleció también al ser abatido por la policía
El cartel de Isis concluye con el siguiente párrafo final. “Aquí están los soldados del califato llevando a cabo su venganza y elevando de nuevo su voz. Después de vencer a Rafidite (chiítas) en Irán, también han vencido al cruzado, Rusia con un sangriento ataque llevado a cabo por un grupo de profesionales ajenos al Califato, que lograron nublar su olfato, destrozar su seguridad y abusar de sus ciudadanos en el corazón del país, en Moscú hasta que el edificio se derrumbó sobre ellos, desde arriba”. Es decir, se atribuyen el atentado al tiempo que niegan una vinculación orgánica de los autores (lo que no significa que fueran simpatizantes del Isis), se supone que, para perjudicar las investigaciones, ya que, desde el primer momento, fotografías incluidas, asumieron la autoría pese a los intentos de Putin de atribuir a Ucrania ser la inductora de los crímenes.