El coronel Morris Davis, quien fue fiscal jefe de las comisiones militares de Guantánamo entre 2005 y 2007, durante el gobierno de George Bush, inició una campaña y le pidió al Congreso cerrar el centro de detención en la base naval militar que Estados Unidos tiene en la isla de Cuba.
La petición llega debido a una huelga de hambre organizada en la cárcel hace ya tres meses, con más de 100 presos haciéndola. Hoy en día hay más de 20 que están siendo alimentados por la fuerza para evitar que mueran de hambre y tres hospitalizados.
“Si cualquier otro país estuviera tratando a sus presos como nosotros tratamos a los de Guantánamo lo criticaríamos con dureza y con razón”, indica Davis que publicó una iniciativa en la plataforma Change.org para recoger firmas apoyando el cierre de Guantánamo. Davis llegó al Capitolio con las más de 190.000 firmas que logró conseguir hasta ahora.
“Durante 25 años serví en la Fuerza Aérea de EE UU y fui el fiscal jefe de los juicios antiterroristas de Guantánamo durante más de dos años. Ahora necesito tu ayuda. Yo acusé a Salim Hamdan, chofer de Osama Bin Laden; al australiano David Hicks; y al adolescente canadiense Omar Khadr. Los tres fueron declarados culpables y luego fueron liberados de Guantánamo. Más de 160 hombres que nunca han sido acusados de ningún delito, y mucho menos condenado por un crimen de guerra, permanecen en Guantánamo sin un final a la vista”, dice Davis, que pide el apoyo de los ciudadanos.
Davis ha pedido al secretario de Defensa, Chuck Hagel, que utilice “su autoridad para que se efectúen las transferencias de presos de Guantánamo ya aprobadas”. Al presidente Obama, le solicita que nombre “una persona dentro de la Administración para liderar el esfuerzo para cerrar la prisión”.
La semana pasada, el presidente Barack Obama declaró que renovaría los esfuerzos para lograr el visto bueno del Congreso para clausurar la polémica cárcel de Guantanamo.
Los efectivos militares que se encuentran en el penal, están dedicados a atender y alimentar por la fuerza a los presos que realizan la huelga. Hace dos semanas, el Pentágono envió personal médico adicional para ocuparse de los presos que se niegan a comer, que cada vez son más.
Desde hace más de tres años, hay 86 internos que tienen el permiso de la Administración para regresar a sus países. De esos 86 presos, 56 son de Yemen, país al que el Presidente Obama ha frenado futuras transferencias luego del intento de atentado en la Navidad de 2009 por parte de un yemení y la base de Al Qaeda en ese país asiático frente al cuerno de África.
En el año 2007, el coronel Morgan Davis dejó su puesto como fiscal jefe al frente de las comisiones militares de Guantánamo después de que la Administración de Bush nombrara a funcionarios que habían aceptado usar pruebas y confesiones que habían sido obtenidas bajo la práctica del waterboarding (ahogamiento simulado y considerado tortura).