Rechazó el ofrecimiento de la iglesia mormona de EE.UU. para no desbordar la capacidad de control sanitario en Ezeiza.
El vuelo fue con butacas vacías. Podría haber llevado a argentinos que están varados en Estados Unidos, pero debido al “cepo” que el Gobierno impuso en Ezeiza para la llegada de viajeros del exterior postergó el ansiado retorno.
La oferta de repatriación fue de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, conocida como la iglesia mormona, que regresó a decenas de miles de misioneros de todo el mundo a través de vuelos comerciales, chárter y otras opciones, explicó a LA NACION Daniel Woodruff, vocero de la iglesia.
“En muchos casos, a pedido de varios gobiernos, la Iglesia ha permitido que los asientos vacíos en nuestros vuelos chárter sean ocupados por ciudadanos varados de esos países sin costo, para que puedan regresar a sus países de origen”, afirmó Woodruff.
Una de esas ofertas se le hicieron a la Argentina, pero el gobierno de Alberto Fernández rechazó la oferta de repatriación debido al cupo para la llegada de pasajeros que rige en Ezeiza. Según explicaron fuentes oficiales, lo hizo para evitar un desborde de la capacidad de control sanitario de los argentinos que retornan.
El vuelo no estaba previsto en el cronograma que la Cancillería evalúa con el Ministerio de Salud y, según la explicación, aceptar un vuelo adicional -por más que no significara gastos para el Estado- podía elevar el riesgo de contagios al llegar a Ezeiza, donde los pasajeros deben someterse a un protocolo coordinado por Salud, la Cancillería, Seguridad, Transporte y Migraciones.
Tras el cierre de fronteras, el ingreso de argentinos por ese aeropuerto es extremadamente limitado. Hay un límite de hasta dos vuelos diarios de repatriación e ingresan entre 300 y 400 personas por día.
La Cancillería define, junto con Salud, cronogramas semanales de vuelos de repatriación. Esta semana se organizaron vuelos desde países de América Latina y Oceanía. En los próximos días se anunciará el envío de aviones a otras regiones. El Gobierno asegura que se mantendrán las repatriaciones desde Europa o países como Estados Unidos, donde hay unos 1800 argentinos, la mayoría en Miami.
Por ahora, Aerolíneas Argentinas no tiene vuelos previstos desde Estados Unidos. El último vuelo especial que llegó a la Argentina fue el 26 de marzo. La empresa tiene rutas a Miami y Nueva York. El último vuelo desde Nueva York fue el 17 de marzo. “La decisión por ahora es ir día a día”, indicaron fuentes de Aerolíneas. “Se programan muy pocos vuelos”, agregó.
Unidos en la adversidad
El dolor, la angustia y un grupo de WhatsApp unen a casi un centenar de varados en Nueva York y a otros argentinos desparramados en Estados Unidos. Todos utilizan a diario la aplicación como espacio de conexión.
Los argentinos que esperan impacientes su regreso sufren -emocional y económicamente- los días sin respuestas. La gran mayoría se comunicaron con las autoridades argentinas y se quejan porque no han recibido la atención deseada. Se sienten a la deriva.
Uno de los temores de los varados es la expiración de sus visas de turista. Pero el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (Uscis, según sus siglas en inglés) permite solicitar una extensión por la pandemia.
El viernes último, el presidente Donald Trump encomendó al Departamento de Estado que “iniciara un plan para imponer sanciones de visa” a los países que “demoren injustificadamente” la repatriación de ciudadanos, siempre y cuando esa demora “impida las operaciones del Departamento de Seguridad Nacional necesarias para responder a la pandemia”.
Para los varados, eso podría llegar a acelerar su repatriación. Una esperanza que parece exigua.