El Dr. Fabián Harari es director de política del CEICS y contó esta mañana en la 99.9 la experiencia que tuvo días atrás en México, específicamente en la zona donde están buscando a los 43 estudiantes desaparecidos. “Buscando a estos chicos encontraron fosas comunes donde los narcos entierran a las víctimas”, señaló.
La situación en México con los 43 estudiantes desaparecidos, sigue sin resolverse en un contexto que a veces, a la distancia, resulta difícil de comprender. Hace pocos días atrás, el Dr. Fabián Harari director de política del CEICS, estuvo en tierras mexicanas invitado por la Universidad de Guadalajara y tuvo oportunidad de vivenciar de cerca lo sucedido.
Incluso se reunió con el movimiento asambleario de los normalistas y sobrevivientes de Ayotzinapa. Esta mañana, en la 99.9, relató que “hace 10 años que el estado mexicano viene atacando a la educación pública, en especial a los normales rurales, escuelas donde se forman maestros para trabajar en escuelas rurales. Ahí los chicos tienen alojamiento, comida y en algunos casos hasta efectivo por día”.
Ese hecho se transformó en el disparador para que luego se produjeran las desapariciones que hoy son noticia mundial: “hubo una serie de movilizaciones porque no es la primera vez que el estado mata gente de Ayotznapa. En ese mismo episodio de desaparición de los 43 estudiantes, también hubo 6 muertos”, remarcó sobre la política de mano dura que aplica la política.
En esta oportunidad, la protesta no era tal, sino que estaban realizando una colecta cuando la policía los secuestró. “Ya venían estos estudiantes con algunos enfrentamientos. En ese momento se estaban trasladando hacia Iguala que es la tercera ciudad más importante del estado de Guerrero. Estaban boteando, que es hacer una colecta en la ruta principal para hacer sus prácticas en los pueblos rurales porque el estado no lo garantizaba”, relacionó con lo que había contado al principio de la entrevista.
La consecuencia de esa colecta fue que terminaran secuestrados: “en esos momentos, se estaba haciendo en esa ciudad un acto de la esposa del gobernador y pensó que los normalistas iban a ir a ese acto por lo que le pidió a la policía que los detenga. Después de una serie de conflictos y represión, tomaron a 43 los pusieron en un celular policial y al parecer se los entregan a un grupo narco que se denomina Guerrero Unido”.
Las relaciones entre la política y la droga son muy evidentes en México, tal es así que el dato destacado que se desprende de las declaraciones de Harari conecta el hecho policial inmediatamente con el cartel: “la esposa del gobernador es la hermana del capo narco de Guerrero Unido”.
Todavía los están buscando, pero en el camino se han tropezado con los horrores más grandes: “buscando a estos chicos encontraron fosas comunes donde los narcos entierran a las víctimas. Lo que he escuchado de Ciudad Juárez es terrible, es un lugar con mucha violencia”, resaltó.
La realidad desde otro punto de vista, eso pudo ofrecer el Dr. Harari que vivió en carne propia como las medidas del gobierno de Enrique Peña Nieto para endurecer la represión no hacen efecto en la vida cotidiana. Mientras tanto, los negocios de droga manejan al poder.