Viajaba a pasar los fines de semana a Uruguay; cada viaje cuesta aproximadamente unos 15.000 dólares.
Mientras el juez Rodolfo Canicoba Corral y su mujer se compraban una mansión en Vicente López, manejaban autos de lujo y viajaban unas seis veces por año al exterior, el juez solía tomar vuelos privados para pasar fines de semana en Uruguay en aviones de empresarios amigos, reconstruyó LA NACION según documentos oficiales.
Canicoba Corral, investigado en el Consejo de la Magistratura por su enriquecimiento, se subió más de 20 veces a aviones particulares desde 2005 hasta la actualidad, según se desprende de los registros oficiales con sus entradas y salidas del país durante los últimos 15 años que revisó este diario.
Fueron viajes exprés a Uruguay de dos o tres días, o que, incluso, se hicieron en el mismo día. En muchos de los casos, el juez viajó acompañado por su mujer y algunos de sus hijos. La mayoría de los vuelos solían tomarse los viernes o sábados desde el aeropuerto de San Fernando y la vuelta casi siempre ocurría los domingos, según consta en las planillas oficiales.
¿Cuál era el destino final? El juez suele vacacionar todos los veranos en Punta del Este, en una casa que alquila su mujer, tal como él mismo sostuvo cuando le concedieron la prisión domiciliaria al sindicalista Omar Suárez en su ausencia.
“Lo invité a mi casa de Punta del Este a una escapada de fin de semana y puse mi avión Kilo Tango a su disposición. Vino varias veces a casa. Soy amigo suyo desde hace 30 años”, sostuvo Pablo Elías, uno de los empresarios que le facilitó su avión al juez, ante la consulta de LA NACION.
Canicoba Corral, su mujer y algunos de sus hijos se subieron en febrero de 2018 al avión patente N529KT rumbo a Punta del Este, una nave que aparece oficialmente a nombre de Adams Aviation Services Inc Trustee, una sociedad de papel en Delaware (Estados Unidos), pero que opera el empresario argentino. El regreso ocurrió dos días después.
Elías, amigo y compañero de truco del juez, está acusado de haber recibido contratos irregulares por $63 millones por parte de la administración bonaerense de Daniel Scioli. El empresario fue también uno de los socios de Gadega SA, una empresa dueña de un departamento en Palermo Chico, cuyas acciones después fueron adquiridas por Viviana Tejada, la esposa de Canicoba Corral, tal como reveló este diario en mayo.
En septiembre de 2008, Canicoba Corral se subió al avión Dassault Falcon20, un nave que estaba a nombre de La Estrella Compañía de Seguros SA, una compañía vinculada a la familia Werthein. Años antes, en 2005 y 2006, el magistrado ya se había subido otras cuatro veces a naves de Aerorutas Transportes Aéreos, otra firma vinculada a esa familia.
Desde esas compañías aseguraron que los aviones (matrículas LV-BIY y LV-WOC) fueron asignados a dichas firmas para su explotación comercial y que, en todo caso, se puede haber tratado de una contratación. ¿Cuánto cuesta un viaje particular a Punta del Este? En el caso de que el juez haya pagado por ese servicio, los aviones más económicos cotizan por encima de US$7000 el tramo, indicaron fuentes del mercado. Es decir, el ida-vuelta del fin de semana suma unos US$15.000.
No es la primera vez que los apellidos Canicoba Corral y los Werthein se cruzan en registros públicos. Dos años después del último viaje registrado en las planillas oficiales, el juez le compró en 2010 su mansión de Vicente López a La Caja de Ahorro y Seguros SA, otra firma de esa familia.
Empresarios amigos
La casona, con un valor de mercado superior al millón de dólares, fue adquirida en un 80% por Tejada y el juez declaró el 20% restante. El matrimonio pagó esa propiedad con un préstamo que facilitó la propia empresa que les vendió el inmueble. La compañía de los Werthein les otorgó una hipoteca por US$290.000 para que el matrimonio pudiera concretar la operación inmobiliaria.
LA NACION contactó a Canicoba Corral, pero el juez no quiso hacer comentarios.
El viernes 11 de febrero de 2005 Canicoba Corral salió desde Aeroparque rumbo a Uruguay a bordo de un “vuelo especial” -según la documentación oficial- en el Learjet 35 placa LV-ZSZ, un avión con una larga historia. El empresario kirchnerista Lázaro Báez se lo compró dos años después de ese viaje a una firma vinculada con los hermanos Juliá, los mismos empresarios que años después fueron condenados por narcotráfico. El avión solía ser piloteado por Eduardo Juliá, confiaron fuentes del mercado.
El avión más utilizado por Canicoba Corral y su mujer fue uno pequeño: un Piper PA con patente LV-MCT, que figura a nombre de Extrema Patagonia SRL en registros que consultó este diario. Fueron diez tramos aéreos (el último en 2015) a bordo de ese avión a hélice. El juez también se subió en 2009 a otro avión similar, un Piper PA-31 con matrícula LV-JLR.
Hubo escapadas de fin de semana, pero también a bordo de esos aviones fueron los viajes más exprés. El domingo 16 de diciembre de 2007, el juez voló ida y vuelta en el mismo día rumbo a Uruguay a bordo del Piper patente LV-MCT. La escena se repitió -siempre según datos oficiales- el miércoles 24 de marzo de 2010 (feriado en la Argentina) con el mismo avión.
El único vuelo privado de Canicoba Corral que no tuvo como destino final Uruguay ocurrió en julio de 2015. El juez salió del país a bordo del Cessna 551 con placa LV-WXD rumbo a Chile para realizar un viaje de dos días, siempre según los registros oficiales.
El avión estaba en ese momento a nombre de Limavictor SA, una sociedad vinculada a los empresarios Cristiano Ratazzi y al bahiense Gustavo Elías. En diálogo con LA NACION, desde el entorno de los empresarios aseguraron que la empresa se dedicaba por esos años a realizar viajes de taxis aéreos.
En los papeles, Canicoba Corral es uno de los jueces más austeros de Comodoro Py. Declaró bienes por $2,3 millones, pero su nivel de vida es bastante más elevado. Los bienes más onerosos, como la casa y los autos, aparecen a nombre de su mujer.
También es su mujer quien participa en las sociedades comerciales desde su estudio jurídico en la calle Talcahuano, en la ciudad de Buenos Aires, como la firma que explotó el negocio de las valijas en los aeropuertos.
La investigación por el enriquecimiento de Canicoba Corral quedó en punto muerto después del recambio en el Consejo de la Magistratura. El consejero Juan Pablo Más Vélez recibió el expediente en las últimas semanas después de la feria y estudia ahora nuevas medidas de prueba para avanzar en el caso, informaron fuentes oficiales.