Es el grano que más mercados tiene, más de 100, pero desde 2007 no exporta al que mejor lo paga. Gustavo Idígoras adelanta qué falta para que esto se logre y los avances en la posibilidad de exportar harina de soja a China por primera vez en la historia.
Con la súpercosecha de maíz que está finalizando, las perspectivas de exportación del cereal son cada vez mayores: según la Bolsa de Comercio de Rosario, se enviarán al exterior un récord de 34 millones de toneladas, 50 por ciento más que el año pasado.
El maíz es, además, el que tiene el comercio más diversificado: se embarca hacia más de 100 destinos, según un cuadro que mostró en el Congreso anual de Aapresid el presidente de la Cámara Aceitera de la República Argentina y Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), Gustavo Idígoras.
Todo este empuje que trae el cereal del que Córdoba es la mayor productora, podría recibir en breve un nuevo viento a favor: el retorno, tras 12 años, al mercado que mejor precio paga por este grano, la Unión Europea.
Proceso
En diálogo con Agrovoz, Idígoras recordó que Argentina perdió este comprador en 2007 luego de que detectaran en granos del cereal la presencia de un agroquímico prohibido en territorio europeo: el Diclorvos.
Es un insecticida que se utiliza generalmente para tratamientos en poscosecha, con el fin de eliminar plagas antes de que el grano llegue a los puertos. Solía aplicarse, por ejemplo, en los camiones.
El año pasado, Senasa lo prohibió a nivel local y eso abrió la puerta para negociar el reingreso al viejo continente. “Estamos trabajando con los compradores europeos para volver a exportarles maíz”, reconoció Idígoras. La expectativa es que el reinicio de las operaciones sea en 2020.
Según Idígoras, están trabajando en este momento junto a Senasa en un programa de monitoreo y en la provisión de información a las entidades de productores, a los acopiadores y a los corredores de granos para que sepan de estas negociaciones.
“Estamos haciendo testeos, porque el objetivo es lograr cero presencia de este producto. Si lo logramos, Europa nos vuelve a comprar”, manifestó Idígoras.
La importancia no es tanto cuantitativa, en función de que serían dos o tres millones de toneladas sobre más de 30 millones que exporta Argentina; sino cualitativa: “Es el mercado que mejor paga el maíz, con un precio Premium”, indicó el titular de las cámaras agroexportadoras.
La harina, cerca de China
En paralelo, Idígoras se mostró entusiasmado por el avance de las negociaciones para que, por primera vez en la historia, la harina de soja argentina desembarque en China.
El 18 de agosto llega una misión del gigante asiático que inspeccionará terminales ubicadas a la vera del Paraná. Tras esa visita, en septiembre los industriales locales viajarán a China para continuar el proceso. Si todo avanza como esperan, la gran noticia para el sector podría llegar en diciembre.
“Tocamos madera. Es el anhelo que tenemos”, expresó Idígoras.
El potencial del negocio, según su mirada, es enorme. “Argentina es el país del mundo con mayor capacidad de molienda de soja de exportación: 65 millones de toneladas, de las que normalmente usamos 45 millones. China es el principal consumidor del mundo, consume 70 millones de toneladas, no importa de ningún lado. ¿Cuál es el mercado? Todo o nada. Dependerá de nuestra capacidad de penetrarlo. A priori, lo que hemos visto es que en calidad y en precio somos muy competitivos con la harina china”, subrayó.