Así lo afirmó el senador nacional Ernesto Sanz. De paso por Mar del Plata, dialogó esta mañana con la 99.9 y agregó: “el episodio de Capitanich es la muestra más directa del deterioro del Gobierno”, refiriéndose a la caída en la popularidad de una de las personas que parecía cambiar el rumbo del pensamiento kirchnerista.
De paso por la ciudad de Mar del Plata, para reunirse con Hermes Binner, el senador nacional por la UCR, Ernesto Sanz, habló en la 99.9 y analizó la coyuntura política actual pensando en el escenario que se puede esperar para el año que comienza.
Tal como ha sucedido con otros políticos, coincide en que el modelo kirchnerista está agotado: “se está acelerando el deterioro de la situación social y económica, más que la cuestión electoral o el pensamiento puesto en las próximas elecciones. El deterioro de un modelo se está viviendo en el bolsillo de los argentinos y en el alma de la gente”.
El Gobierno enfrenta evidentes problemas y parece no estar en condiciones de resolverlos, lo que se convierte en el síntoma más claro de esta idea: “hay un modelo que llega a un final de ciclo, con una profunda desorientación por parte del Gobierno para ponerse al frente de la realidad y resolver problemas que vienen de vieja data. La inflación, la inseguridad, el avance del narcotráfico y el déficit energético han sido el combo de las malas noticias de finales de 2013 y principio de 2014”.
En medio de estas cuestiones de fondo, aparece otro tema muy importante: la salud de la Presidenta. “Me cuesta hacer elucubraciones porque me da una especie de vergüenza no poder opinar desde el punto de vista médico, pero es cierto que la ausencia de la Presidenta es también la ausencia de estar a cargo. Esto hace ruido a nivel gubernamental”, destacó el senador.
Para Sanz, sería mejor pensar en que no se encuentra el rumbo, antes que plantear un problema en relación a la salud de Cristina Fernández: “he escuchado voces diciendo que no hay un problema de salud, sino desorientación en la gestión. Quizás quisiera aferrarme a eso, pero sea una cosa u otra, lo que se traduce en la práctica es la imposibilidad del Gobierno de resolver problemas que día a día se profundizan”.
Como para sumar un dato más significativo al agotamiento del modelo, el dirigente radical puntualizó: “el episodio de Capitanich es la muestra más directa del deterioro del Gobierno. Hace 60 días que asumió y al segundo día de su asunción fue al Senado de la Nación y lo recibimos con agrado después del ninguneo que habíamos tenido en los últimos años. Era el cumplimiento de una norma elemental del diálogo político”. También, recordó que “lo vimos asumiendo un rol de mucha trascendencia y con mucha potencia. Esto se desdibujó absolutamente en menos de 20 días y el episodio de la policía de Córdoba fue determinante. A partir de ahí, fue una sucesión de grotescos”.