Esta mañana en la 99.9, el fiscal Marcelo Blanco se refirió a un operativo realizado el pasado fin de semana, donde se encontró a toda una familia que vendía droga. Una de las personas detenidas, a pesar de tener pedido de captura, estaba en la casa de su madre. “No hay datos sobre cómo llegó la droga a ese lugar”, remarcó.
Los operativos que se realizan para desbaratar centros de venta de drogas se dan constantemente, pero no siempre se encuentran con las mismas particularidades. El pasado fin de semana, se detectó a una familia completa que se dedicaba a la venta de estupefacientes.
Quien estuvo a cargo de ese trabajo fue el fiscal Marcelo Blanco. Esta mañana, en el aire de la 99.9, explicó: “era un grupo de tres hermanas que ya habían sido detenidas en otras oportunidades; se les había dado el beneficio del arresto domiciliario con el argumento de que tenían hijos menores. Fueron condenadas, pero mantenían ese instituto. En esta oportunidad, ocurrió que estaban en el mismo lugar donde las habían detenido antes. Una de ellas tenía pedido de captura y otra estaba con prisión domiciliaria; a eso se agregó una más que estaba debutando en estas cosas. Las tres tenían droga en su poder, dinero, balanzas y demás”.
Entre las hermanas, llamativamente la que tenía pedido de captura estaba en la casa de su madre, pero nadie había ido a buscarla allí. Respecto de esta situación, Blanco aclaró: “el pedido de captura no indica que se busque inmediatamente a la persona, pero en general intervienen cuestiones azarosas para aprehenderlos. En muchos casos, en las elecciones, las personas con pedido de captura van a votar; en otros casos, cuando quieren salir del país. No hay una búsqueda intensiva de todos los que tienen orden de captura”.
Por otro lado, y regresando al caso puntual del fin de semana, el Fiscal señaló que también se encontraron con clientes: “los que estaban comprando la droga quedaron detenidos momentáneamente para notificar de la formación de la causa, luego se determinará cuál es la participación que tienen o el delito que pueden haber cometido. En algunos casos son adquirentes de droga; en otros, trabajan dentro de la organización”.
Como suele suceder, no se puede desbaratar la cadena de distribución de droga, cuyo último eslabón es la venta al público en estos kioscos. “No hay datos sobre cómo llegó la droga a ese lugar. Hoy, las denuncias se efectúan más en la Fiscalía que en la Policía. Nadie quiere dar sus datos personales. Llegan cartas anónimas o llamados, las sociedades de fomento o los foros de seguridad se comunican para decir que en algunos barrios hay venta de droga. Ahí comienza la investigación”, señaló Blanco.
Por último, aclaró que tanto la ley como la falta de material apropiado no les permiten investigar más profundamente: “nos gustaría llegar al inicio de la cadena, que son los que traen, distribuyen o almacenan la droga. No tenemos alternativas porque la ley no nos permite seguir la causa hacia adelante. Tendríamos que tener muchos más elementos de logística, recursos humanos y demás elementos que hoy no tenemos”.