Desde marzo pasado, el caudillo yihadista, cuya muerte se ha anunciado en numerosas ocasiones, se encontraba ausente de las grabaciones propagandísticas de los radicales nigerianos.
Abubakar Shekau, hasta ahora líder de la milicia islamista de Boko Haram, ha sido reemplazado en el cargo por Mahamat Daoud, según aseguró este miércoles el presidente de Chad, Idriss Deby.
De igual modo, el nuevo comandante máximo de los yihadistas se encuentra abierto, siempre según el mandatario chadiano, a negociaciones con el Gobierno de Nigeria, de donde es originario Boko Haram.
«La guerra será corta (…) terminará antes de fin de año», aseguró Deby a una emisora de radio local.
La reciente aparición de Chad en el conflicto contra Boko Haram, quien batalla a los islamistas de la mano de Nigeria, Níger y Camerún, ha sido un catalizador del cambio bélico, provocando la retirada de la mayor parte de las fuerzas yihadistas hacia su reducto del bosque Sambisa. Y una cierta vergüenza regional: A principios de este año, el propio presidente de Chad se quejaba de la falta de liderazgo de Nigeria en su lucha contra Boko Haram.
En este sentido, el mandatario chadiano evitó hacer cualquier mención sobre la suerte actual del Shekau, quien se encontraba desaparecido de las grabaciones propagandísticas de la milicia desde marzo, precisamente, cuando anunciara la alianza de su grupo al Estado Islámico.
Sin embargo, las palabras de Deby tienen que ser tomadas con cautela, más aún, ante un líder islamista -Shekau- que parece contar con siete vidas. En septiembre pasado, por ejemplo, corría como la pólvora en los foros islamistas la imagen de un presunto terrorista, con rasgos ciertamente similares a Shekau, y que habría fallecido durante un enfrentamiento con el Ejército camerunés.
«Cada vez resulta más creíble que quien representaba a Shekau en los vídeos del grupo ha muerto en un ataque en Konduga (en la frontera entre Nigeria y Camerún)», destacaban entonces fuentes marciales.
Peso específico del EI
No obstante, el propio planteamiento de «quien representaba a Shekau» refleja la dificultad del proceso identificativo.
A su vez, ya en agosto de 2013, el Ejército nigeriano había asegurado que Shekau fue herido de forma mortal durante un ataque de las Fuerzas Armadas a una base insurgente en Sambisa, al noreste del país. Entonces, el líder islamista había viajado a Amitchide, una comunidad fronteriza de Camerún, para ser tratado de sus lesiones. Sin embargo, la cura sería en vano, y presuntamente falleció entre el 25 de julio y el 3 de agosto de 2013.
Por ello, el teniente coronel Sagir Musa, portavoz marcial, señalaba entonces que los últimos vídeos propagandísticos emitidos por Boko Haram donde aparecía Shekau fueron «dramatizados por un impostor para engañar a los miembros de la secta y que continuaran con su lucha».
Verdad o ficción, la posible desaparición de Shekau (al que incluso algunos consideran solo un «nombre de guerra» de diversas identidades) al frente de Boko Haram abre un cambio decisivo en el grupo radical. Sobre todo, ante la reciente alianza de la milicia islamista al Estado Islámico (EI). Con ello, ciertos analistas interpretan que la presunta elección de Mahamat Daoud, un total desconocido en los rangos de Boko Haram, demuestra el peso específico logrado por el EI en las decisiones internas de los nigerianos.