Una derrota, todas las derrotas

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Fue un varapalo brutal. Carlos Fernando Arroyo pulverizó en un solo acto a su contendiente Vilma Baragiola y al intendente Gustavo Arnaldo Pulti. Pero no fueron las únicas derrotas, sólo las que están visibilizadas. Hay otras derrotas: son las derrotas del modelo vigente en Mar del Plata, un modelo faccioso, mafioso, que usa y articula por los medios circunstancias de poder que hacen su agosto a costa de la comunidad.

En esta derrota han caído los aliados coyunturales: vecinalistas, izquierda guevarista vernácula, radicales alineados con Leopoldo  Moreau, Nuevo Encuentro, en su patética representación del secretario de algunos derechos humanos, José Luis Zerillo. Esta derrota dejó al desnudo al rey. No al mayordomo de este palacio bizarro, el intendente GAP, sino a su mandante y señor, Florencio Aldrey Iglesias. La Capital ya no dirige el movimiento de la opinión pública en Mar del Plata, y el armado del intendente de medios digitales + Canal 10, pagado con fondos públicos municipales a valores de escándalo, fracasaron estruendosamente.

Las razones del fracaso son atribuibles en rigor a la espantosa gestión de Pulti, que se ha creído su propio relato, y asumió que la población estaba de lo más encantada con su presencia en el palacio municipal. Polideportivos en los barrios; 400 millones de inversión en zonas en las que no hay una vereda, una calle asfaltada, pero sí basurales a cielo abierto por todos lados; nula gestión en materia económica y aliados impresentables como los hermanos Trujillo, predadores del dinero de la gente (tienen algún ciento de viviendas en su bolsillo) y otros apropiadores de la renta pública, como es el caso del movimiento Atahualpa, que mutó de antipultista a pultista acérrimo por cuestiones de dinero… Es el fracaso de un manejo vil de los dineros de la sociedad. Quedó claro el día de la votación, el estado calamitoso en que están las escuelas, el Centro de Salud N° 2 inundado; el abandono es la nota, no la excepción, y el votante la vio.

No es una derrota, son derrotas que dan el espejo en el que la sociedad marplatense debe mirar su propia realidad. Es el fracaso de un modo vergonzoso de entender la política. La derrota de Vilma Baragiola tiene madre: ella misma y sus decisiones equivocadas contra todo consejo de sentido común. Delegó el manejo político y de caja de la campaña, le dio lugar a la agencia de publicidad en la formulación de estrategias políticas que nada tenían que ver con lo que ocurría y con lo que se buscaba en la sociedad como respuesta al fastidio que provoca Gustavo Arnaldo Pulti, y lo pagó en las urnas.

Entre las derrotas también debe señalarse la del mito del corte de boletas, armado y organizado por fuerzas relativamente oscuras de la política. Se le atribuye al ex funcionario Sergio Paleo, fallido jefe de campaña de Javier Faroni, distribuir boletas de Baragiola junto a las de Sergio Massa; si así fue, no sirvió, ya que Lucas Fiorini obtuvo el tercer lugar en MDP en línea con la elección provincial y nacional del Frente Renovador. Se le atribuye al concejal Fernando Maraude distribuir boletas de Baragiola, enojado por la resultante política del acuerdo Cheppi/Pulti, y se atribuye a Pulti haber ordenado a su gente votar por Arroyo para limarla a Vilma. Pues bien, nada funcionó, todos fracasaron. El soberano decidió, y el escarmiento tronó en las urnas.

Hay algún que otro éxito en el contexto de estos fracasos: el de Emiliano Giri, que armó, gestionó y llevó la campaña de Carlos Fernando Arroyo a un nivel que la Agrupación Atlántica per se no puede generar, y el de Maximiliano Abad, el más votado en la quinta sección electoral en diputados provinciales, que marca con este resultado que la UCR local deberá resolver en el tiempo por venir.

Ni Florencio Aldrey Iglesias con su multimedio, ni Canal 10, o 0223, o loquepasa .net, medios señalados como extorsionadores de la política en estadio judicial, satélites menores de este damero comunicacional digital que han significado erogaciones por ciento diez millones de pesos en publicidad, sirvieron para engañar a la población. A toda esta miríada de medios, cuya posición en relación a construir un relato mentiroso y mendaz ante la sociedad debe ser señalada, hay que apuntar que en una futura auditoría se deben observar los montos pagados por la intendencia, valores que en nada representan los de mercado y que son el pago de una conducta perversa como lo es publicar una realidad distorsionada y llevar al contribuyente a pensar que algo es como no es.

Una derrota, muchas derrotas… El voto, el arma de la sociedad, sonó con un estruendo que aún se escucha y se proyectará a octubre con énfasis para rechazar la mentira, el acomodo político y la falta de respeto por las necesidades de la sociedad.