Mónica Rizzo integra el Comité de Mar del Plata y es secretaria del Consejo Ejecutivo de Comités Italianos. Esta mañana habló en la 99.9 sobre los trabajos que se realizaron el fin de semana para trasladar el monumento a Cristóbal Colón. “La intención es que el monumento no se toque y quede en el lugar donde está”, destacó.
Los movimientos de este fin de semana alrededor del monumento a Cristóbal Colón en Buenos Aires, volvieron a poner el tema en primer plano. La colectividad italiana había logrado interponer una medida judicial que no le permitía al Gobierno nacional concretar el traslado, que finalmente comenzó.
Esta mañana en la 99.9, la integrante del Comité de Mar del Plata y secretaria del Consejo Ejecutivo de Comités Italianos, Mónica Rizzo, señaló: “el sábado, cuando vimos cómo estaban bajando el monumento, la sensación fue muy fea. Inmediatamente empezamos a comunicarnos para saber qué conducta íbamos a seguir. El jueves tuvimos reunión de comités en Mar del Plata y tenemos problemas dentro de la colectividad por el tema del monumento y por lo que sucedió en la reunión en Casa de Gobierno”.
En el marco de los inconvenientes que se han creado, han decidido dejar todo en claro: “estuvimos discutiendo y se tomaron decisiones. Realizamos un comunicado donde le informamos a toda la comunidad y a la Presidencia de la Nación, a nuestro Intendente y el presidente de la Federación, además de a cada embajada y a nuestro cónsul, que la intención es que el monumento no se toque y quede en el lugar donde está. Estamos informando que no le dimos el mandato a autoridad alguna para que, en nuestro nombre o representación, gestione la relocalización del monumento; y que tampoco habíamos sido informados al respecto. Nuestra colectividad, la de Mar del Plata, tiene problemas con el resto de la colectividad, sobre todo en Buenos Aires, por la nota que cursó nuestro Intendente invocando la representación de la colectividad para la relocalización”.
Aquella voluntad del intendente Gustavo Pulti de hacerse dueño de la voluntad de toda la colectividad italiana en Mar del Plata, sin consultarla, todavía tiene sus consecuencias: “había una reunión intercomités con todos los comités del país, que son 9, que se haría en Mar del Plata. Después de lo que pasó en Casa de Gobierno, nos sacaron la sede y la llevaron a Bahía Blanca”.
Cabe destacar que también se habla de una segunda nota que envió Adrián Alveolite en representación de los lígures de la ciudad: “sobre esa nota, solo tenemos lo que nos dijo el presidente. Pero empezamos a preguntar si alguien la había visto y nadie la vio. Creemos que no nos ha mentido, nadie la ha visto”, destacó Rizzo.
Volviendo a los movimientos en Buenos Aires, la justificación a la que pudo acceder la integrante del Comité de Mar del Plata es que “extraoficialmente habría existido un llamado Parrilli para hablar con autoridades comunales para manifestarles que no están sacando el monumento sino que lo están sacando para arreglarlo. Van a esperar lo que resuelve la justicia para ver lo que hacen, pero el monumento quedará ahí”.
Lo peligroso de todo esto es que puede traer consecuencias muy graves mover la obra, teniendo en cuenta que para restaurarla no hace falta moverla: “los informes técnicos de expertos indican que era más aconsejable que se restaure sin bajarlo y sin moverlo. El hecho de ponerlo de costado, puede llegar a fracturarlo”.
El conflicto seguirá, porque parece que no se dará el brazo a torcer: “el tema se politizó de una manera terrible y la comunidad italiana no tiene por qué estar en el medio de esto, ya que no tenemos la intención de que el monumento se remueva. Esto nos creó muchísimos problemas”.