En estricto silencio y en el medio de un congelamiento de tarifas y precios de los combustibles, la petrolera estatal YPF aumentó el domingo a primera hora $ 0,13 por litro la nafta súper y $ 0,15 la variedad premium, en respuesta a la decisión oficial de subir el Impuesto al Dióxido de Carbono o CO2 (IDC), notó el portal Surtidores.
La medida que tomó el management de YPF, encabezado por su presidente, Guillermo Nielsen, y el CEO, Daniel González, sorprendió a los dueños de estaciones de servicio y al público en general, ya que, a diferencia de anteriores ocasiones, la petrolera no hizo ninguna comunicación sobre el incremento, que pasó absolutamente desapercibido.
“El aumento del impuesto al CO2 no se puede absorber en ningún caso”, confiaron fuentes de la empresa.
Se trata de un alza de 0,24% en el precio final de las naftas de YPF en la Ciudad de Buenos Aires (en el Gran Buenos Aires y el Interior del país el impacto es menor, puesto que el precio es más alto), motorizada por un aumento de $ 0,10 bruto en el impuesto al CO2 ($ 0,09 neto, descontado el uso del 12% de bioetanol que se mezcla en las refinerías), que fue avisado a las petroleras mediante una circular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) el viernes pasado a la tarde.
Con esto, el precio de la nafta súper trepó en el comienzo de marzo en Capital Federal de $ 53,34 a $ 53,47 por litro, mientras que el de la premium (Infinia) pasó de $ 61,54 a $ 61,69.
Este diario consultó con voceros de otras refinadoras como Axion, Raízen (licenciataria de la marca Shell) y Trafigura (que comercializa la marca Puma Energy), quienes contestaron que todavía no habían ajustado sus precios y que seguirán al resto del mercado.
También desde Delta Patagonia, que se instaló en Argentina con la marca Gulf para reconstruir las viejas estaciones de Oil Combustibles, aseguraron no tener novedades.
Pero fuentes del mercado exhibieron una lista de incrementos en las compañías privadas de hasta 1,6% en algunas estaciones del interior del país como en La Plata, Córdoba, Corrientes y San Carlos de Bariloche. Una estación Shell en el barrio porteño de Saavedra subió 1,6% la V-Power Nafta.
Lo curioso es que ese mismo día el Gobierno había definido por tercera vez una postergación del incremento en el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) con el Decreto 196/2020, que se publicó en una edición especial del Boletín Oficial el sábado 29 con las firmas del presidente Alberto Fernández; el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el ministro de Economía, Martín Guzmán; y el de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.
Pero ese decreto, que avisa que las anteriores dos postergaciones de una suba de impuestos internos a los combustibles (fijada por la reforma tributaria de fines de 2017) “han obedecido a la necesidad de brindar una respuesta inmediata frente a las actuales circunstancias coyunturales y de estabilizar los precios de los combustibles comprendidos en su alcance” y que “resulta oportuno, en esta instancia, disponer un nuevo diferimiento de los incrementos en los montos del impuesto sobre los combustibles líquidos”, dejó correr al IDC en el camino marcado por la actualización prevista.
Para modificar el ajuste del IDC, el Gobierno estaría obligado a sancionar una ley.
Como informó El Cronista la semana pasada, quedaba pendiente para marzo una actualización de $ 3,17 por litro para las naftas y de $ 2,08 para el gasoil.
Esto hubiera significado un incremento de 5,9% en las naftas y de 4,2% en el gasoil para YPF en la Ciudad de Buenos Aires.
Ahora, tras este ajuste, el Gobierno pasó para el 1° de abril el traslado de $ 3,08 en naftas y $ 1,98 en el diesel. Pese a esta disposición, YPF no tocó el precio del gasoil.
El peso de YPF en el mercado es clave: en 2019 vendió el 57,2% de las naftas que se comercializaron al público a través de estaciones de servicio. El año pasado se consumieron 8709,6 millones de litros de nafta mediante esa modalidad.
Si el mercado se mantuviera estable y las refinadoras privadas trasladaran también esta alza a sus precios, en los próximos tres meses, hasta que corresponda un nuevo incremento del impuesto al CO2 por el traslado de la inflación del primer trimestre de 2020, el Estado recaudaría unos $ 189,7 millones solamente de este tributo por la comercialización de nafta súper y nafta premium en estaciones de servicio.
La recaudación extra será mayor porque también hubo un alza de impuestos en otros productos como la gasolina natural, el solvente, el aguarrás, el diesel oil, el kerosene, el fuel oil, el coque de petróleo y el carbón mineral, además de que hasta ahora YPF absorbió la suba en el gasoil, insumo clave en el transporte y la logística.
En cualquier caso, esto no quedará en las cuentas de las petroleras, que presionaron durante el verano para lograr aumentos escalonados que les permitiera cerrar la brecha con la paridad de importación.
En el Gobierno hoy entienden que por la caída del precio del petróleo crudo, esa diferencia no existe y que no corresponde otra suba de naftas para mejorar las finanzas de las refinadoras.
Mientras tanto, YPF volvió a quebrar ayer su cotización mínima histórica en la New York Stock Exchange (NYSE), al tocar los u$s 7,72 por acción a la mañana. Este jueves, la petrolera estatal presentará sus resultados operativos de 2019.