Desde Bella Vista, Córdoba, Susana Fiorito, fundadora de la Biblioteca Popular, explicó esta mañana en la 99.9 cómo funciona la venta de drogas en lo cotidiano. Habló de la connivencia entre la policía y quienes venden drogas, y de la utilización de los chicos para realizar desmanes, como sucedió en los recientes saqueos.
Los desmanes y saqueos producidos en Córdoba han generado repercusiones de todo tipo a nivel nacional, pero con protagonistas de esas latitudes que cuentan el cotidiano en los barrios cordobeses.
Esta mañana en la 99.9, Susana Fiorito, fundadora de la Biblioteca Popular “Bella Vista”, de ese mismo barrio, contó: “llevo 25 años en este barrio, donde hay un dealer por cuadra. Todo el barrio conoce dónde viven y muchos de nosotros vemos en determinadas casa, en ciertos días de la semana y a cierta hora, pasar a alguien que conocemos de la Comisaría 10º, vestido de civil, que toca el timbre, charla con el dealer y se va”.
Esto se repite día tras días, por eso Susana eligió hacer público el hecho: “se trata de una persona que hace los trámites de la comisaría. El dealer provee a los jóvenes y a gente que viene en taxi del centro, en sobres blancos. A eso estamos acostumbrados. Pegado al barrio hay una vieja penitenciaria que solo se usa para las personas apresadas por Código de Faltas, se llama Unidad de Contención de Aprehendidos, que es la vieja Cárcel de Encausados”.
Ahí es donde recaen muchos chicos que quizás están simplemente parados en la puerta de su casa: “conozco muchos chicos que son apresados por merodeo. Cualquier chico puede quedar detenido, si les falta completar la cantidad de personas apresadas por día. Cuando se los llevan dos o tres veces, los chicos, para que nos los detengan, les preguntan qué quieren que haga. Según los testimonios, les hacen propuestas de cometer delitos y hay una cantidad de jóvenes que directamente se incorporan a las redes de dealers”.
Todo forma parte de una gran “empresa” que utiliza a los chicos para este tipo de cuestiones o para incitarlos a participar de ciertas situaciones, como ocurrió con los saqueos: “nosotros pensamos que las autoridades de la provincia acusan a la policía de tener relaciones con los que producen drogas, y no tenemos duda de que hay toda una organización paralela con una obtención de ganancia para alguna parte del aparato policial y los que fabrican y distribuyen droga”, aseguró Susana.
Lo que ve cotidianamente en su barrio, lleva a que Fiorito crea que el desorden fue provocado: “creo que fue una estrategia, porque el grupo o persona que tenía interés en esto quería provocar el caos. El joven puede ir porque tiene mucha rabia, y seguro que la tienen; pero además puede tener instrucciones para ello. Mi hipótesis es que hubo una estrategia de presión, había una demanda y una resistencia”.